Una «rexixtenxia» roja en la Esquina de Don Próspero
En este bar del municipio de Envigado se vivió un clásico en paz, cuando al estadio solo tenía entrada la hinchada del equipo local. En este caso Atlético Nacional.
Por Jonathan Jiménez Hernández – jjimen43@eafit.edu.co
El ambiente en la ciudad parece estar calmado. Es domingo 15 de marzo del 2015, el atardecer se va tomando a Medellín, las calles se notan vacías…¿será normal? Posiblemente, pero hay un ingrediente especial, se juega el clásico antioqueño y quizá la gente esté en el estadio. Bueno, solo la hinchada de Atlético Nacional, ya que para este encuentro solo se permite la entrada para el local.
Son las cuatro de la tarde y en el municipio de Envigado el ambiente de soledad contrasta con la alegría de los hinchas que portan con orgullo su camiseta verde o roja. La mayoría de ellos se desplazan a la Bota del día, un sector donde están ubicados muchos bares en los cuales se televisan los partidos de fútbol.
La gente comienza a llegar y a tomar puesto para disfrutar el clásico, en este lugar no existen las diferencias de colores. La rivalidad es en la cancha.
15 años con el «Poderoso»
En el recorrido por este sector del municipio, se observa una gran mancha roja ubicada en una esquina: es la fanaticada del DIM que se nota ansiosa para el clásico 284, partido en el cual el conjunto poderoso aspira a treparse en lo más alto del liderato.
Los hinchas del Deportivo Independiente Medellín se sitúan en la Esquina de Don Próspero, lugar que lleva más de 15 años viviendo los partidos de fútbol de los equipos antioqueños, sobre todo los del conjunto poderoso. De esta esquina proviene un bullicio que parece como si se estuviera viviendo un concierto, pero no, es la canción interpretada por Alfredo Gutiérrez:
Jugando fútbol del bueno
el poderoso no engaña
de Moreno a Comesaña
de Comesaña a MorenoGrita el pueblo clamoroso
¡VIVA EL DIM EL PODEROSO!
azul y rojo hasta el fin
el pueblo esta con el DIM
En este encuentro la hinchada visitante no puede ingresar al estadio, pero el negocio de Don Próspero parece ser un pedazo de la tribuna norte del Atanasio Girardot, pues la fanaticada roja entona con más fuerza la canción de Alfredo Gutiérrez y la acompaña con las palmas, cerveza, aguardiente y hasta fumando cigarrillos.
Para algunos parece ser importante tener un recuerdo para este partido, así que sacan su teléfono celular y comienzan a tomarse selfies.
Todo está servido para disfrutar de un buen partido de fútbol: ambiente colorido, mucho optimismo y buenos resultados acompañan al equipo dirigido por Hernán Torres, quien busca el liderato.
La canción Viva el pueblo clamoroso finaliza, e inmediatamente después suenan unas sirenas parecidas a la canción Faltan cinco pa’ las doce. Los simpatizantes poderosos aplauden, se oyen trompetas que instantáneamente ponen a saltar a la parcial roja:
Rojo y antioqueño yo nací, por vos la cabeza hasta perdí,
vos sos la locura y la pasión… somos presos de esta ilusión,
yo soy así paisa yo soy y donde vayas siempre voy
Comienza el clásico
El sol se va escondiendo y en las pantallas del negocio se empieza a mostrar la fiesta que tiene preparada la hinchada de Atlético Nacional. Los rojos, al ver esto, comienzan a silbar y de paso a alentar a su amado equipo –Vamos jueputa, hoy tenemos que ganar–, se escucha a modo de coro en la Esquina de Próspero.
Los equipos comienzan a salir y los seguidores del DIM vuelven a entonar a manera de concierto otro himno del poderoso de la montaña:
El Deportivo Independiente Medellin es de nuestra tierra una tradición
Y cuando juega siempre se entrega vive pensando en su afición
Cuando el Poderoso sale a jugar siento en el alma una emoción
Que hasta parece que se metiera a esa cancha mi corazón
No necesito que estés arriba para quererte Glorioso DIM
El juez central da el pitazo inicial y la hinchada eufórica aplaude –¡Vamoos rojo, hoy nos cogemos al verde!– grita la parcial del poderoso. Cuando empieza el partido el bar queda en silencio, pues una vez iniciado el encuentro se produjo la primera llegada de gol, el balón pegó en el palo. De inmediato crece el nerviosismo de la hinchada del DIM.
La tolerancia fue uno de los valores que primó en este bar, prueba de ello fue la pareja de novios hinchas de Atlético Nacional, que disfrutaron el partido en medio de una marea roja.
Dos minutos más tarde Atlético Nacional marca el primer gol… Pablo Velásquez anota.
–Ay jueputa, qué maricada home–
Son algunas de las voces de lamento que se escuchan en este bar. La Esquina de Próspero queda casi muda, y cerca al lugar suena pólvora de la hinchada rival.
Los seguidores además de soportar el sonido de los voladores de los simpatizantes de Atlético Nacional, también son testigos del amor de una pareja que está vestida de verde entre un mar rojo y azul. Los novios que están con la indumentaria del cuadro verdolaga aplauden la anotación de su equipo y se dan un beso en la boca. Ningún seguidor del rojo se mete con ellos.
Luego del gol de Atlético Nacional, el DIM comienza a sacudirse, recuperando y tocando el balón, esto es compensado con aplausos, la gente se emociona –Bieeen mi rojo, tocala, tocala, dale, dale, hey mesero, tráeme una polita– es el sonido que se escucha por parte de algunos hinchas del poderoso. Los meseros inmediatamente pasan repartiendo las cervezas, lo curioso de ellos es que todos portan una camiseta blanca con un mensaje que dice: “Bienvenidos. El fútbol es una pasión de entusiasmos y amarguras. Comportémonos”.
Con el paso del tiempo el encuentro se va tornando cada vez más emocionante y a los 25 minutos Deportivo Independiente Medellín casi empata, la opción de gol es tan clara que algunos hinchas empiezan a celebrar el empate, pero la desilusión llega cuando ven la repetición.
–Uuuuuy–es el zumbido que se siente en este bar. Y es que la opción fue tan cercana, que era más fácil hacer el gol que botarlo.
–Este marica como se va a comer eso home–replica enfurecido un hincha del rojo.
Esta aproximación de gol, da pie para que la parcial se levante a aplaudir.
Inmediatamente en el negocio se encienden los parlantes y la gente se para a cantar una canción de la barra más popular del poderoso: La Rexixtenxia Norte:
Vamos, vamos, vamos Medellín
Vamos, vamos, vamos Medellín
Vamoooooos Medellín
La emoción que se vive en la Esquina de Próspero parece una voz de aliento que reciben los jugadores del rojo de la montaña y antes de finalizar el primer tiempo se produce una mano dudosa en el área del equipo que en esta ocasión oficia de local.
–Jueeeeeez– grita la gente a modo de coro.
Inmediatamente el árbitro señala el punto penal y los seguidores del DIM celebran esto como si fuera un gol, de nuevo suena la canción de Alfredo Gutiérrez, ahora con más fuerza:
Jugando fútbol del bueno
el poderoso no engaña
de Moreno a Comesaña
de Comesaña a MorenoGrita el pueblo clamoroso
¡VIVA EL DIM EL PODEROSO!
azul y rojo hasta el fin
el pueblo esta con el DIM
Juan Fernando Caicedo se dispone a patear el penalti, mientras en el estadio se escuchan silbidos hacia el jugador. En el bar ahora hay un silencio absoluto. El juez pone el pito en su boca, los corazones se aceleran, la hinchada respira profundo, el balón al arco y –¡Goooooool, matame rojo, matame!–festejan emocionados los seguidores. Minutos más tarde finaliza el primer tiempo.1-1:
Azul y rojo hasta el fin
el pueblo esta con el DIM
Azul y rojo hasta el fin
el pueblo esta con el DIM
Al terminar el primer tiempo la gente se dispersa para tomar aire, pues, a pesar de que ya cae la noche sobre este bar, las personas lucen acaloradas, sedientas y desesperadas por entrar al baño.
Se vienen más emociones en la Esquina de Don Próspero. Aguanten corazones.
Un intenso segundo tiempo
Los equipos al gramado, la parcial roja se emociona, su equipo viene de un buen remate de primer tiempo. El juez da la orden para que inicie la otra mitad del partido, se paraliza el lugar y los corazones comienzan a latir rápidamente.
El encuentro sigue con la intensidad mostrada en la primera parte, pero a medida que pasan los minutos el ritmo de juego comienza a bajar.
***
Solo hasta los 60 minutos del partido, se presenta una oportunidad de gol para el DIM: Juan David Pérez remata al arco, pero el esférico no se va al fondo de la red. La gente de nuevo se vuelve a emocionar.
Una vez se produce la opción de los rojos, el archirrival anuncia una sustitución, en las cuatro pantallas que hay en este negocio se enfoca la cara del delantero verdolaga Jefferson Duque, de inmediato se produce una silbatina ensordecedora.
A los 70 minutos del encuentro, nuevamente llega la emoción, pero para los hinchas de Atlético Nacional, Alejandro Guerra pone el 2-1.
La alegría que se muestra en los televisores de los rostros de los hinchas del conjunto verde contrasta con la desazón y el desánimo de los rojos, a quienes este gol les cae como un baldado de agua fría, aunque tímidamente los hinchas se animan a cantar para darle apoyo a su equipo:
Vamos, vamos, vamos Medellín
Vamos, vamos, vamos Medellín
Vamoooooos Medellín
El rojo busca empatar, pero no se generan opciones tan claras y eso comienza a impacientar a muchos hinchas:
–Este bruto ve que vamos perdiendo y no hace ningún cambio, arriesgue mijo, arriesgue– grita enfurecido un hincha del poderoso.
Las sustituciones que pedía este seguidor no se realizaron y tan solo a falta de cuatro minutos Jefferson Duque, sí, ese jugador al que mostraron en los televisores y fue silbado, anota el tercero y le pone la lápida al partido: 3-1 gana el verde.
–Noooo qué maricada con Torres home, cómo no va a ser capaz de hacer un cambio perdiendo el partido– replica un seguidor rojo golpeando la mesa.
El partido finaliza y es una victoria más para Atlético Nacional, en la Esquina de Próspero solo se ven caras largas, excepto las de los novios hinchas del verde, quienes abrazan quien escribe esta crónica, mientras dicen:
«Te podemos decir que a pesar de que esto es el recinto del rojo, aquí reciben bien a cualquier visitante. Somos hinchas de Nacional y te digo que aquí somos los mejores, los mejores de los mejores. Aquí nos tratan de igual manera a todos, la atención de este lugar es la mejor del mundo entero. Ojalá que toda la gente se viniera a disfrutar el fútbol aquí. El mejor servicio se encuentra en este lugar, pues a pesar de ser todos rojos, ellos no se meten con nadie, la gente es muy delicada, muy cordial, la verdad, tratarnos mejor no pueden home y usted vio que éramos los únicos verdes en este establecimiento y nadie, nadie, se metió con nosotros. Qué bonito vivir este espectáculo aquí donde Próspero. Qué lindo vivir el fútbol en paz”.
Al decir esto, los tres nos abrazamos, la gente del DIM comienza a silbar, pero hasta allí. De a poco todos van abandonando el establecimiento y, mientras salen, vuelve a sonar el himno del poderoso:
¡VIVA EL DIM EL PODEROSO!
azul y rojo hasta el fin
el pueblo esta con el DIM