Un pilo que paga mucho
Cerca de las 12:30 del día del 10 de octubre quedé de encontrarme con un grupo de estudiantes de la universidad al frente del auditorio Fundadores, me habían contado que ellos iban para la marcha por la educación superior pública y yo quería ir también.
Cuando llegué tenían un telón muy grande y varias carteleras.
Por Mariana Becerra Arboleda
mbecerraa@eafit.edu.co
Estábamos todos poniéndonos nuestras pañoletas azules, que serían el distintivo de Eafit en la marcha, cuando llegaron unos vigilantes de la universidad a pedir que nos retiráramos y que no hiciéramos bulla, que sabíamos que eso no se podía hacer aquí.
Me pareció injusto, pensé entonces qué estaría sintiendo quien había tenido la idea de reunirnos a todos allí, aunque en ese momento yo no tenía idea de quién podría ser tal personaje.
Días después, que me vi más envuelta en la causa, asistí a una de las reuniones del grupo, ahí lo conocí: Cristian Camilo Patiño Loaiza, un estudiante del pregrado de Ciencias Políticas, que, a pesar de sus escasos 20 años ya lideraba un movimiento estudiantil con el nombre de #EAFITSeMoviliza, conformado por estudiantes de la universidad que hacen activismo en defensa de la educación superior pública.
Cristian tenía una larga historia ya con Eafit antes de entrar a estudiar, pues su papá es un antiguo empleado de la planta física de la universidad, que había sido contratado para cuidar el lote que compró Eafit para construir el bloque de idiomas, el mismo en el que vivía con su familia.
Desde los 10 años Cristian vivió allí y desde pequeño participaba en actividades como la Universidad de los niños. Años después, por el trabajo de su papá, Cristian y su familia se mudaron a otro predio de propiedad de Eafit, esta vez uno ubicado en Girardota, pero eso no lo alejó de esta.
Al momento de graduarse del colegio se hizo acreedor de la beca de Ser Pilo Paga, escogió Eafit por lo cercana que le era, porque como él dice “era su patio de juegos”, cuando era pequeño.
Me resultó muy curioso cuando me comentó que no se sentía del todo bien siendo beneficiario de este programa, pues para él ha sido uno de los detonantes de la crisis en la educación pública que hoy apoya y defiende.
Hablé con Cristian en la terraza de uno de los bloques de la universidad, durante la tarde que estuvo contándome sobre su vida y sobre el proyecto que hoy emprende como líder estudiantil, me llamaron la atención su característica sencillez y espontaneidad.
Es un joven con una visión diferente del mundo, que, a partir de su formación personal y académica, día a día observa lo que ocurre a su alrededor y trata de entenderlo.
Es un apasionado de la música, la cultura y el activismo. Su vida gira en gran parte en torno a esos tres pilares, mediante los cuales, relata que ha adquirido amistades, experiencias y conocimiento.
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Yo me describiría tal vez como una persona bastante abierta a todo, a las diferencias, creo que todo se construye a partir de las diferencias.
Soy una persona espontánea, de improvisaciones; no me gusta tener sueños, no soy una persona de sueños realmente, sino que, si quiero hacer algo me gusta que sea inmediato, algo que pueda disfrutar ya, trabajar ya o que me afecte ya, positiva o negativamente.
Por eso mismo no suelo hacer planes, los hago cuando toca, pero me gusta trabajar las cosas e ir viendo qué sale sobre la marcha.
¿Cómo vive la ciudad?
Tal vez lo que más me interesa a mí de la ciudad es su aspecto cultural, las diversidades, las diferencias. A mí me encantan las diferencias, tal vez por lo mismo frecuento los espacios y eventos que tengan que ver con música y diversidad, porque eso mismo crea la cultura.
La ciudad suelo vivirla solo o en compañía de mis amigos, me gusta mucho caminarla.
¿Cuáles son los espacios de la ciudad que más frecuenta?
Los espacios que más frecuento además de la universidad son toques de Rock y de punk en la ciudad. Me gusta mucho el Rock. En estos espacios es donde me encuentro con mucha gente, donde he conocido muchos de mis amigos.
Me gustan además las expresiones culturales, espacios en los que pueda aprender de la cultura, me encanta entenderla y que además alimenten el proceso que llevo en la universidad, espacios por ejemplo como la Fiesta del Libro y la Cultura.
¿Cuál es su espacio o evento preferido que se realiza en la ciudad?
El evento que más me gusta es Altavoz Fest, me encanta que ahora lo que se esté dando, que es además algo que analizo desde lo que he aprendido en la universidad desde mi proceso como politólogo, es el tema de las diferencias que pueden confluir en un mismo espacio.
Uno va a Altavoz y ve gente vestida de todos los colores, con todos los peinados y con todas las personalidades, porque algo muy bueno que la administración de la ciudad ha hecho es que ha tratado de unir todas las diferencias en ese espacio.
Comentó que le gustaba caminar por la ciudad, ¿qué lugares suele frecuentar para hacerlo?
El centro. Hasta hace años uno solía ir con los papás allá, porque por lo que le cuentan a uno, más que por lo que se vive en el centro, uno se asusta mucho, yo iba al centro con mis papás y yo pensaba “yo aquí nunca voy a venir solo, ojalá no tenga que volver por acá”.
Ya ahora que salgo por ahí solo cuando quiero el centro es una de las partes que más me gusta caminar, y cuando es de noche mucho mejor.
¿Por qué en la noche?
Lo veo más interesante, porque de noche es un mundo diferente. Yo he caminado con amigos en partes como Belén a las tres de la mañana, solamente por caminar. Por eso he vivido varias experiencias, he hablado con personas que, a diferencia de nosotros, habitan la noche.
Hay otro mundo de noche porque hay otras personas que interactúan de noche también, yo, por ejemplo, he hablado con habitantes de calle que le cuentan a uno sus historias, eso es muy impactante.
Además de que yo quiero guiar mis estudios por eso, como el trabajo con comunidades, entender las realidades sociales, más que otras cosas de investigación, entonces a partir de eso estoy aprendiendo.
En vista de que vive tan lejos (Girardota), ¿hace uso de algún medio masivo de transporte masivo?, ¿cuál es el recorrido?
Metro, todos los días. Yo no vivo en Girardota como tal, sino antes, entre Girardota y Copacabana, pero donde vivo ya es jurisdicción Girardota. Lo que hago es coger un bus hasta la estación Niquía del Metro y ya llego hasta la estación Aguacatala.
¿Cómo ha sido su experiencia como usuario del Metro?
El transporte público me gusta mucho, lo prefiero al transporte particular, es más, yo creo que no debería existir el transporte particular, pienso que lo que la gente necesita realmente es un muy buen transporte público, la gente prefiere otras alternativas no por el sistema, el transporte aquí va a todos lados, sino por la cultura ciudadana.
¿Cómo percibe ese cambio en su entorno todos los días?
Es raro, porque me gusta la ciudad en parte por el bullicio y el movimiento que la caracteriza, pero me gusta también vivir donde vivo porque es un espacio para descansar, y más por el tema del aire en este momento, acá en Medellín no se respira bien, uno se da cuenta de eso es cuando se tira para una montaña o un corregimiento, yo lo siento mucho cuando el bus que cojo para mi casa se aleja y ya va entrando a la zona rural. Eso es lo que más me gusta.
¿En qué aspectos de la ciudad se fija durante ese recorrido?
Me gusta, aunque ya me conozco el camino de memoria y puedo ir a mi casa con los ojos cerrados, ver todo el camino, porque en ese trayecto veo la diferencia de los espacios, la desigualdad, por ejemplo, entonces uno en esta parte de la ciudad (El Poblado) ve todo como muy bonito, muy bien puesto, pero de la estación Caribe hacia el norte, que es una zona también de gran habitabilidad, es completamente diferente, es ahí donde uno ve realmente la desigualdad.
Me gusta ver eso, obviamente con sus críticas, no es que a mí me guste la desigualdad.
Usted es estudiante becado, ¿cómo obtuvo la beca y por qué escogió Eafit?
Soy becado del programa Ser Pilo Paga por los resultados del Icfes. Escogí Eafit porque mi papá es empleado de planta física de la universidad, en ese momento vivíamos muy cerca de la universidad, yo venía mucho.
Por esa razón participaba en muchas actividades acá, como de la Universidad de los Niños, cuando estaba en el colegio. Vivía muy cerca, además, que esa es otra historia porque ese fue un cambio muy grande. En conclusión, elegí Eafit por la cercanía que ya tenía con la universidad.
¿Por qué escogió estudiar Ciencias Políticas?
Yo como hasta décimo quería estudiar una ingeniería, porque eso era lo que daba plata, igual siempre fui malo con las matemáticas. En décimo que empecé a ver física y ahí pensé ¡¿qué?!, nunca en la vida voy a estudiar ingeniería, me quedé entonces sin saber qué estudiar.
Siempre me había interesado entender la sociedad y me apasionaba mucho el asunto político y esa idea la reforcé cuando vine a Experiencia Eafit, me explicaron el programa de Ciencia Políticas y de una dije: “Listo, eso es lo que voy a estudiar”.
Comentó en algún momento que considera que Ser Pilo Paga es una mala política, ¿por qué?
El programa es dañino, porque con ese dinero se está financiando la demanda en vez de la oferta.
Ese dinero viene de los impuestos que paga la gente, el gobierno lo que hace es inyectar el dinero en matrículas en vez de inyectarlo en la base presupuestal de las universidades, con el que podrían hacer mantenimiento de la infraestructura, ampliar el número de cupos, entre otras cosas.
¿Qué opina de la implementación del programa Generación E?
Generación E es lo mismo que Ser Pilo Paga, no deja dinero para la base presupuestal de las universidades, por eso es la crisis, por eso es el paro, por eso es que la gente está brava.
El cambio de Ser Pilo Paga por Generación E creo que solo va a ser aún más perjudicial, porque este nuevo programa va a financiar la educación de menos personas, además de que el programa es del Icetex, y si el estudiante no cumple con las condiciones que ponen ellos, queda endeudado.
Ustedes, los estudiantes de Ciencias Políticas, formaron hace años un grupo de estudiantes interesados en apoyar las causas sociales, ¿cómo conformaron ese grupo?
Fue algo muy bonito porque se dio como por el destino que, en mi semestre confluimos todas las personas de la carrera a las que nos gusta hacer activismo, uno pensaría que por estudiar ciencias políticas a la gente por naturaleza le gusta hacerlo, pero en esta universidad no es así.
Tal vez lo primero que hicimos fue a propósito del plebiscito por la paz, nos dimos cuenta que a todos nos gustaba ir a las marchas e íbamos juntos.
A propósito del tema del plebiscito por la paz, ustedes iniciaron un movimiento llamado Lazos de Paz, ¿cómo fue su participación en dicho movimiento?
Yo no hice parte de la creación de Lazos de Paz, pero sí participé. Era un grupo de personas de la universidad de varias carreras, en su mayoría de ciencias políticas y derecho, en ese momento mi grupo de amigos y yo nos unimos a ese movimiento que se estaba dando en la universidad y comenzamos a ir a las marchas, en algún momento llegamos también a hacer actividades.
¿Qué los dio a conocer ante la comunidad universitaria?
Siento que lo que nos mostró realmente ante la comunidad universitaria fue que una vez que vino Uribe a la universidad a dar un conversatorio sobre el plebiscito por la paz y nosotros entramos al evento, queríamos mostrarle que aquí en Eafit existía también la contraparte a su ideología mediante preguntas que le hicimos en el evento.
Ya hacia el final, en la parte de atrás del auditorio sacamos un telón que decía “Este tratado de paz es tan humanitario que por eso cuesta tanto aceptarlo”, él lo leyó y solo empezó a reclamar argumentos, lo realmente triste fue que al salir del auditorio la gente comenzó a insultar al grupo.
¿Para usted qué es ser un líder estudiantil?
No me gusta que me cataloguen como líder estudiantil, porque no me gusta considerarme como un líder de algo en realidad, cuando formamos el grupo de la movilización yo quería que toda la gente aportara y entre todos construyeran las cosas, hasta que una compañera me hizo caer en cuenta que alguien tenía que organizar el grupo. Eso me ha costado un poco por lo que te expliqué anteriormente.
Usted estuvo en el encuentro nacional por la Educación Superior en Florencia, Caquetá, ¿por qué tomó la iniciativa de asistir?
Yo me empecé a meter en el tema de la educación pública desde el año pasado con la crisis del Poli (Politécnico Jaime Isaza Cadavid). Comencé a conocer a los líderes estudiantiles de allá.
Ya luego este año, cuando empezó el tema de la crisis empecé a buscar para informarme, más que todo en redes porque eso casi no lo publicaban en medio de comunicación, por obvias razones.
A partir de ahí me enteré del ENES y me entusiasmé mucho por ir, pues era un encuentro de universidades públicas y privadas.
¿Cómo fue la gestión del viaje a Caquetá?
Inicialmente planeaba ir con los del Poli, pero en vista de que estaba difícil gestionar la ida con ellos, pedí una cita con Mauricio Uribe (Jefe del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas), le comenté sobre el encuentro, me respondió que él sabía lo importante que era eso y que estaba muy interesado, hablé con él un viernes y al miércoles siguiente ya me estaban entregando los tiquetes para viajar.
¿Cuál era su propósito a partir de ese viaje y concretamente a partir de esto cómo fue que se formó el grupo #EAFITSeMoviliza?
Sabía que tenía que hacer algo con lo que había aprendido allá, a mí no me habían dado los pasajes como para irme de paseo, me iban a dar un espacio para hablar acerca de eso en la semana del politólogo, pero varios compañeros me dijeron que nos organizáramos y creáramos algo a partir de eso porque aquí en la universidad nadie se mueve, queríamos formar un grupo de estudiantes que discutan ese tipo de temas.
¿Cómo se creó el grupo que como tal que se ha movilizado en las marchas?
El grupo como tal se creó un día antes de la marcha (marcha del 10 de octubre). Yo estaba con unos amigos y uno de ellos me propuso que creáramos un evento en Facebook, en ese momento lo nuevo era que las universidades privadas se iban a movilizar también, ese evento en pocas horas llamó casi 200 personas de la universidad por lo cual creé un grupo en WhatsApp para que la gente se fuera sumando.
¿Cómo fue para usted ver la cantidad de estudiantes de Eafit que se sumaron a apoyar la causa?
Yo pensé que íbamos a ir 10, cuando en la marcha contamos que éramos más de 70 fue muy gratificante. Fue muy bacano ver que tanta gente se sumó y dio ideas para la movilización. Eso demuestra que Eafit no es realmente tan apático como se cree fuera de la universidad.