Tendencias, hallazgos y lecciones para la segunda vuelta
El papel de las encuestas, las maquinarias políticas y las decisiones de los candidatos que ya no tiene posibilidad de llegar a la Presidencia, son antecedentes clave para comprender lo que puede venir en la segunda vuelta electoral en Colombia.
Por Yuri Paulina Morelos y Laura Castrillón || Periódico Contexto, Universidad Pontificia Bolivariana
María Isabel Moreno || Periódico Azul Naranja, Universidad Católica Luis Amigó
Analistas invitados por la alianza de la Red Colombiana de Periodismo Universitario en Medellín durante la jornada del 27 de mayo pasado, explican algunos elementos clave en las elecciones de segunda presidencial en Colombia:
El papel de las encuestas
De la primera convocatoria a las urnas para elegir un nuevo presidente en Colombia, Guillermo Henao, politólogo de la Universidad Nacional, destacó el papel de las encuestas: “Estoy seguro de que dicen la verdad”, manifestó.
Al tiempo, precisó que deben ser leídas en pasado para poder entenderlas, debido a que responden a un momento, un lugar específico, que determina una intención de voto por parte del electorado.
El panorama descrito por los resultados
Sobre los resultados de las votaciones en primera vuelta, Henao señaló que “la maquinaria no triunfó”, al referirse al número de votos que obtuvo el candidato Germán Vargas Lleras y que no le permitieron pasar a segunda vuelta (1.407.840).
Destacó que “hubo una pequeña diferencia de votos entre Gustavo Petro y Sergio Fajardo”. En lo referente a los resultados del candidato Iván Duque, indicó que los resultados superaron las expectativas con los 7.569.693 votos en total.
“Es la primera vez que Timochenko vota”, subrayó al describir el panorama electoral descrito por la desmovilización de uno de los principales grupos armados y el efecto positivo en el ambiente que rodeó las votaciones en las zonas donde solían ejercer influencia las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.
Como se votó en Antioquia
El docente universitario Juan Carlos Arenas, miembro del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, resaltó algunos de los resultados de la primera vuelta en diferentes regiones del país.
Más allá de los resultados que favorecen a Iván Duque en Antioquia, lo cual para Arenas no es una novedad, pues las mayorías del uribismo se han sostenidos desde 2002 en esta región, el candidato del Centro Democrático no alcanzó los registros históricos de esa colectividad, por encima del 60%.
Arenas explicó que es posible que el candidato Sergio Fajardo tuviera alguna influencia en eso por su participación en la política antioqueña desde 1999 y por ello un sector del uribismo que no estaba completamente convencido de la opción representada por Duque, le dio un voto de confianza al candidato de la Coalición Colombia.
Sobre los resultados de Gustavo Petro, el profesor Arenas señaló que, ante las bajas expectativas de su votación en Antioquia, el 9 por ciento obtenido resultó muy significativo.
Lectura de la Costa Atlántica
Al hacer un análisis sobre los resultados de la Costa Atlántica, el investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia resaltó que en las elecciones presidenciales de 2014 este fue un territorio determinante en la segunda vuelta.
Arenas indicó que se pensaba que el mismo era favorable a Germán Vargas Lleras, acompañado por la casa política del condenado ex gobernador de La Guajira, Kiko Gómez, cuyos herederos se fueron con Iván Duque. Sobre esa base, Arenas explicó que no es que las maquinarias no funcionen, sino que han cambiado de bando.
Esta región cumple un papel protagónico en el electorado de Gustavo Petro. Por ejemplo, en el departamento de Atlántico este obtuvo el 40% de la votación.
Su triunfo, según Arenas, se puede deber a que Petro conoce la región y la ha estudiado desde hace tiempo; gran parte de las denuncias y acuerdos que adelantó como senador de desprenden de situaciones sucedidas en los departamentos de la Costa Caribe.
Otra mirada sobre las encuestas
Juan Carlos Arenas afirmó que las encuestas no alcanzaron a medir el estrecho margen entre Fajardo y Petro.
Respecto de lo señalado por algunas encuestas, los resultados confirman que a Vargas Lleras no le funcionó su estrategia de mostrarse como el ejecutor, como el jefe de unos partidos que lo acompañaban y como el que más casas había repartido en Colombia. Humberto de la Calle recibió algunos votos más de los que obtuvo en la consulta Liberal y estos resultados muestran la división y el debilitamiento de las maquinarias de este partido, que ya antes de la primera vuelta había dado muestra de que su prioridad no es sacar el acuerdo de paz adelante, sino aliarse con el candidato que muestra más posibilidades de ganar, independiente de sus posturas frente al acuerdo.
Los motivos de los votantes
El profesor Arenas cree que hay votos que se mueven según la opinión de sus candidatos. En el caso de los votos de Humberto de la Calle, consideró que en su mayoría fueron de opinión y que lo más seguro es que se irán con el candidato que defiende los acuerdos de paz.
Al tiempo, aseguró que muchos de los votantes por Fajardo no votarán por Petro porque hay unos sectores, por ejemplo el empresarial, que desconfía del candidato de la Colombia Humana.
Al describir el escenario para la segunda vuelta, Arenas lo definió como una elección por “el menos peor”. También señaló que es posible que los electores voten sobre los postulados que inducen al miedo hacia uno u otro candidato.
La polarización mantiene las tendencias
Gabriel Colorado, abogado especialista en derecho administrativo, resaltó cómo la polarización no causó un aumento significativo en el número de votantes, y la abstención que, si bien disminuyó a un aproximado del 46%, no es muy diferente a los años anteriores, según Colorado, quien cree además que hay votantes que esperan la segunda vuelta para tomar una decisión y, con ello, puede haber menos abstencionismo en esta ocasión.
Para el doctor Colorado, el abstencionismo no solo es indiferencia, también es una forma de tomar posición y expresar el desacuerdo frente a unas elecciones, las mismas que nuevamente convocan al debate en las urnas, probablemente con situaciones calcadas de la primera ronda de votaciones.