Él es un hombre enamorado de las piedras. Les habla, las siembra, las acaricia. En sus manos sin callos, a pesar de medio siglo de escultor, cada roca deja de ser guijarro para convertirse en metáfora, en arte, en símbolo.
Él es un hombre enamorado de las piedras. Les habla, las siembra, las acaricia. En sus manos sin callos, a pesar de medio siglo de escultor, cada roca deja de ser guijarro para convertirse en metáfora, en arte, en símbolo.