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“Soy un marica feliz”: el ciudadano gay de Medellín

Manuel José Bermúdez fue el primer homosexual en casarse en Colombia, hecho reconocido como una de las cien principales hazañas ejecutadas por colombianos según el diario El Mundo, de Medellín.

Practica el poliamor: hoy, su familia no son dos sino tres, pues un nuevo compañero se ha sumado a la pareja. Una vez fue amenazado de muerte pero no por ser gay, sino por sus criticas al jefe paramilitar Carlos Castaño.

Por Geraldín Quintero y Karina Tobón

gquinte8@eafit.edu.co

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Esta foto hace parte de la serie «Públicos e íntimos», un proyecto fotográfico en el que Manuel Bermúdez, su esposo Alejandro y Víctor, su tercer compañero, exponen su vida privada. / Foto Gonzalo Accogli.

Manuel Bermúdez se autodenomina «el ciudadano gay de Medellín» y cumple 15 años de casado este 3 de noviembre. Es un practicante del poliamor, pues ha incluido en la relación que tiene con su esposo a dos personas más, uno ya fallecido a causa de un cáncer y el otro es con quien completa este trío amoroso permanente. Según él, no hay ningún tipo de sometimiento en sus relaciones, sino más bien un constante acompañamiento del uno con los otros.

No obstante, es difícil que esta práctica no genere un escándalo social, por eso él aclara que “quien mira el poliamor desde afuera solo va a ver un montón de hombres que se revuelcan en una cama y solo piensan en sexo; pero los que lo ven desde adentro saben que sobre todas las cosas hay amor, solidaridad, respeto y crecimiento mutuo”.

Declara que su matrimonio fue uno de los acontecimientos más importantes de su vida y, asimismo, de la comunidad del Lgtbi en Colombia. “En el año 2000 el país presenció el primer matrimonio gay en un momento en el que ni siquiera se estaba debatiendo sobre el tema. Mi pareja (Alejandro) y yo nos casamos en un acto simbólico, pero legal. Este hecho marcó la ruta frente a lo que son los derechos de la familia y de la pareja”.

Recuerda haber vivido dos momentos difíciles a causa de su libertad sexual: “Una vez, después de una fiesta, un tipo pretendió pegarme un tiro acusándome de estar escandalizando a su niño. Eran las 3 de la mañana, entonces yo le dije que qué estaba haciendo su hijo despierto a esa hora y más aún viendo a su papá agredir a alguien”.

“Otra vez recibí una amenaza de muerte de los paramilitares por una de mis columnas en la que yo criticaba a Carlos Castaño, pero gracias a la sugerencia del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal pude buscar al posible agresor y preguntarle por qué me iba a matar. Menos mal logramos parar la situación”, relata Manuel Bermúdez.

Bermúdez quiso ser elegido para el Concejo de Medellín en 1997. Además de ser el primer candidato homosexual, gracias a su formación profesional y a su discurso activista por los derechos de las minorías sexuales, desde entonces se da a conocer como «el ciudadano gay de Medellín» para defender la comunidad Lgtbi.

“Para mí fue un oportunismo político y mediático nombrarme el ciudadano gay de Medellín cuando me lancé al Concejo, a través de lo cual yo le decía a la gente que no estaba reivindicando derechos exclusivamente como homosexual, sino también derechos como ciudadano y en el ejercicio de mi ciudadanía dejo claro mi condición particular de homosexual”, explica Bermúdez.

Según él, cuando apenas empezaba a formarse como comunicador social en la Universidad de Antioquia tenía muy claro que el periodismo era la posibilidad de poner en la palabra de la gente y de la cultura temas con mucha altura. De esta manera empezó a responder en los medios no lo que le preguntaban, sino lo que le interesaba que saliera en ellos.

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Aparte de sus tareas como activista y periodísticas, Manuel es también docente de la Universidad de Antioquia. / Foto Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia

“Creo que los medios de comunicación cumplen dos funciones: informar y educar –dice-. Para mí educar a los públicos es una labor todavía más primordial y es por eso que, a través de mi discurso, siempre he pretendido cambiar la percepción que la gente tiene sobre los homosexuales, para que al fin comprendan que somos ciudadanos comunes y corrientes, con los mismos derechos y deberes y con las mismas necesidades de cualquier otro ser humano”.

En el campo de la comunicación ha logrado transformar el imaginario colectivo en cuanto a las libertades sexuales y ha generado un ejercicio público que promueve el respeto mutuo y la inclusión de las comunidades Lgtbi. Sin embargo, antes de él hubo otros personajes como León Zuleta que, desde la izquierda, se preocupó por empezar a direccionar el tema mediante la opinión pública.

El entonces secretario de Gobierno de Medellín, Iván Felipe Palacio, le dio el aval a Manuel Bermúdez para hacer la primera marcha gay, lo cual la abrió puertas para mantener vigente este tipo de manifestaciones por las libertades sexuales desde hace más de 15 años.

“Planeta Paz es una de las campañas activistas que más recuerdo porque se dio en medio de un proceso de paz entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno colombiano. Buscaba que los diálogos también empezaran a darse en los sectores sociales, así que escogieron los que consideraban más representativos. De pura casualidad hubo la posibilidad de que el tema gay, que todavía no era considerado un sector social en Colombia, participara. Esto fue un momento histórico para la comunidad Lgtb”, recuerda con orgullo.

Afirma, además, que uno de los mayores impactos que se produjo en ese momento fue permear en la opinión pública una frase muy importante para el futuro reconocimiento de esta población: “El cuerpo es el primer territorio de paz y el primero en despejar”.

Finalmente, el ciudadano gay manifiesta su agrado y orgullo por ser un “marica” feliz y un referente de vida en la sociedad contemporánea de Medellín.

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