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Silencio después del Mónaco


El pasado 22 de febrero el edificio Mónaco, antigua residencia de Pablo Escobar, quedó convertido en escombros.

Semanas atrás, la Alcaldía de Medellín anunció el proyecto que reemplazará la edificación: un parque memorial con una propuesta narrativa que haga homenaje a las víctimas del Cartel de Medellín y a los héroes de la época más violenta del narcotráfico, apropiándose de esta manera de la historia y empezando una construcción simbólica para dejar atrás la cultura narco y la ilegalidad.

Por Maria Paula Mantilla, Gabriela Fuentes y Daniela Leal
mpmantillp@eafit.edu.co


Sin embargo, aun después de la demolición, existen incertidumbres sobre cómo se desarrollará este parque memorial.

Una de las dudas, que sigue eclipsada por el hecho mediático en el que se convirtió la implosión del Mónaco, es cómo se hará la elección de las víctimas que serán mencionadas en el mural propuesto por el alcalde Federico Gutiérrez y quiénes serán específicamente estas personas.

De acuerdo con lo dicho por Ana María Jaramillo, investigadora de la Corporación Región, en el conversatorio ¿Cómo narrar la historia del narcotráfico en Medellín?, llevado a cabo el pasado 20 de febrero en la Universidad EAFIT, la decisión de construir un parque memorial en un terreno del capo del narcotráfico es un acto apresurado que carece de argumentos y criterios para responder los interrogantes sobre las víctimas.

Por su parte, el secretario privado de la Alcaldía de Medellín, Manuel Villa, aseguró en este mismo debate que los nombres de quienes participarán del mural aún no están definidos y que cada una de las personas serán representadas con símbolos que hasta ahora son desconocidos por la ciudadanía.

Fotografía edificio Mónaco meses antes de su implosión, con temática en memoria a las víctimas. / Foto por Maria Paula Mantilla

Según la administración municipal, la cifra es de 46 612 víctimas.

Las dudas sobre la definición de quienes serán considerados como víctimas se debe a que su clasificación posee un alcance muy amplio, que incluye a las familias de quienes murieron, sobrevivientes, afectados psicológicamente, quienes no quieren reconocerse como tal, victimarios, entre otros.

El panorama después de la implosión se presta a la especulación sobre qué va a pasar ahora, cómo se logrará un cambio simbólico y qué argumentos hay para convertir el lugar en un verdadero memorial.

Las respuestas a todas estas dudas aún están sin responder. Hasta el momento no existe conocimiento de quiénes serán los protagonistas del nuevo relato que se propone para narrar la memoria reciente de la ciudad.

Vista en 3D de los planos para lo que será el memorial a las víctimas / Foto por Alcaldía de Medellín.

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