Pasión, más que seguirla, ampliarla
La cocreadora del curso Aprendiendo a aprender, de la plataforma Coursera, habló sobre cómo aprende el cerebro, la importancia de la memoria y entregó claves para mejorar los procesos de aprendizaje.
Por Alejandro Gómez Valencia – Agencia de Noticias EAFIT
Pasión. Aunque la recomendación suele ser seguirla para ser feliz, lo mejor es ampliarla. Y es que la pasión se desarrolla mejor en lo que cada uno es bueno pero, a veces, toma tiempo lograr ser bueno en algo. Así lo explicó Barbara Oakley, cocreadora de uno de los cursos más populares de la plataforma virtual Coursera, durante la conferencia Aprendiendo a aprender que ofreció este martes 10 de mayo en Auditorio Fundadores de EAFIT.
En el encuentro, que fue organizado por Colfuturo en conmemoración de sus 25 años, la doctora en Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Oakland (California) expuso las técnicas que descubrió para mejorar los procesos de aprendizaje.
“Una vez se descubre en qué se es bueno, hay que ampliarlo”, dijo la estadounidense quien citó su historia de vida para contar cómo llegó a ser profesora de ingeniería, gracias a que no se enfocó en una sola habilidad, sino que empezó a explorar varias pasiones.
Pasar de un pensamiento enfocado a uno difuso
Para Oakley el cerebro es complicado pero, en términos de aprendizaje, se puede entender de dos maneras: el modo enfocado y el modo difuso. El primero es como una linterna que fija la luz en un punto. Allí existen patrones establecidos que le dicen al cerebro que ya existe una forma de entender la información que llega. El modo difuso, de otro lado, alude a un estado neurológico en el que se piensa de forma distinta, ya no en algo específico, sino más bien en asuntos diversos y vagos, muchas veces sin conexión.
“El aprendizaje efectivo se logra cuando se pasa de un modo a otro. Para entenderlos, imaginemos una máquina de pinball, en la que la bola sale y en ocasiones repite el mismo desplazamiento (existe un patrón – modo enfocado), pero otras veces la misma bola hace nuevas asociaciones y descubre nuevos puntos de la tabla (modo difuso)”, explicó la experta, y agregó que no se puede estar en ambos modos de manera simultánea pues cuando alguien está enfocado bloquea lo que se requiere para abrir espacio a nuevos patrones.
Y en este punto cuando la acción de procrastinar cobra importancia, pues hacerlo permite que baje la tensión que provoca el hecho de tener que hacer algo que no se quiere para darle paso, en un estado de relajación, a nuevas ideas. Para lograrlo, Oakley aludió a la técnica Pomodoro, que consiste en enfocarse en algo por 25 minutos sin distracción alguna, para luego compensar ese esfuerzo con unos minutos de relajación.
La memoria es un ingrediente principal
Aunque no hay receta exacta para mejorar el aprendizaje, Barbara Oakley destacó el papel que tiene la memoria en el proceso y la importancia de la concentración. Explicó que la memoria funcional -que permite hacer o recordar cosas casi de manera mecánica- funciona con cuatro compartimentos ubicados en la parte frontal del cerebro. Por eso cuando alguien está aprendiendo algo y se distrae en otro tema o hace dos cosas al mismo tiempo, es como si su coeficiente intelectual fuera menor, como si fuera menos efectivo.
Para lograr que algo se quede en la memoria a largo plazo una de las recomendaciones es hacer conexiones entre lo que se aprende y asuntos cotidianos. Estos trucos mentales ayudan, pero no tanto como la práctica y la repetición. “Para entender cómo funcionan las cosas se necesita practicar, y cuando se practica se crea un patrón en la mente. Con la práctica ese patrón se establece y se hace más profundo mientras más se trabaja con él”.
Para que los patrones sean más fuertes la doctora en Ingeniería de Sistemas resaltó la idea de “acumular por trocitos”. Se refiere a aprender por partes, pues de esa manera se crea una especie de película que mantiene unidos varios patrones y se libera memoria funcional. “Cuando alguien intenta ser un experto en cualquier cosa, bailar, hablar un idioma o tocar un instrumento, pega los trozos, crea patrones neuronales, hace una biblioteca de películas y eso es lo que lo hace experto”.
Esas películas permiten liberar memoria y abre espacio que puede ser aprovechado para la creatividad. Por eso las personas que se distraen fácilmente o tienen una memoria funcional corta pueden tener una ventaja porque pueden ser más creativas.
Otra característica que suele tomarse como negativa, pero en la que hay ventaja tiene que ver con la rapidez del cerebro. Hay personas que llegan a las respuestas de una manera más ágil que otras, unos lo hacen como carros de carreras y otros como tortugas. “Pero piensen que alguien que camina o escala tiene una experiencia diferente al que corre, incluso a veces más rica y profunda. Por eso si tienen un cerebro de caminante siéntanse bien porque a veces sienten cosas que los que corren no”.
De las estrategias y técnicas que socializó Barbara Oakley se destaca que son útiles para las personas sin importar la edad o el coeficiente intelectual y que pueden ayudar en todas las etapas de formación, tanto a quienes están iniciando sus estudios como a los eruditos en cualquier tema.
Otras claves para ayudar a aprender |
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Cuando a alguien le hacen una prueba sobre un tema en el lugar diferente en el que lo aprendió los resultados no son los mejores. Eso ocurre porque se relaciona lo aprendido con el ambiente y por eso una buena idea es estudiar en diferentes sitios. De esa manera el,aprendizaje se desliga de los espacios.
Bárbara Oakley considera que evaluarse es muy bueno y que muchos no lo hacen porque se engañan ellos mismos pensado que lo que acaban de estudiar está aprendido. Su recomendación es que después de leer una página se piense en la idea principal del texto, pues eso es más efectivo que volver a leer, subrayar o realizar mapas conceptuales. Otras técnicas que ayudan son las fichas bibliográficas, en las que se pueden escribir las ideas tal como las recuerda el cerebro, y hacer dibujos, pues ayudan a recordar y a entender mejor. Dormir también es un elemento prioritario para mejorar la manera de aprender. “El sueño hace que salgan las toxinas que se acumulan durante el día en el cerebro y es, durante este estado, que crecen nuevas estructuras neuronales”, dijo la norteamericana y agregó que el ejercicio es otra de las actividades que activan el aprendizaje. |