Captura de pantalla 2017-04-15 a las 11.53.40 p.m.

Mesero, falta la mosca en mi sopa

Si los insectos son el alimento del futuro, prepárese con estos datos y recetas. Y si piensa que comer insectos es una cosa que solo haría el aventurero Bear Grylls en la mitad de la selva, aquí le contamos cómo hacerlo desde la comodidad de su cocina y los beneficios que trae para su alimentación.

Texto: Natalia Zuluaga –  nzuluag2@eafit.edu.co

Ilustraciones: Juan Camilo Corredor

En la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, se encuentra el único laboratorio de insectos en una facultad de Medicina veterinaria y Zootecnia del país. Julián Pineda, zootecnista de la misma institución, es uno de los encargados de UN Insectario.

Este espacio nació de la urgencia por encontrar alternativas alimenticias para los animales que son, a su vez, la principal fuente de alimento de los seres humanos. Y aunque Pineda no cocina insectos para servirlos en un restaurante, sí se ocupa de encontrar las formas más eficientes de convertirlos en comida sana para la vaca, el cerdo, el pollo o el pescado que usted pone luego en su plato.

Pero, ¿por qué son útiles los insectos en la dieta? Aquí, algunos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura que dejan ver la importancia de un trabajo como el que hace Pineda en el Insectario:

Y es que criar insectos para alimentar animales o humanos cuesta muchísimo menos dinero, necesita poco espacio, disminuye el daño al medioambiente, es más eficiente y hasta puede alimentar poblaciones más grandes y saber mejor. Además, los insectos son animales pequeños y caben en cajitas como las que usted usa para vender dulces en la universidad.
Dos recetas para los curiosos
Un restaurante mexicano y un chef colombiano comparten con Bitácora dos platos en los que se exploran todos los valores nutricionales de los insectos.
La Cocina de San Juan, un restaurante de cocina prehispánica ubicado en el Centro Histórico de Ciudad de México, prepara muchos de sus platos con estos bichitos. El “platón de insectos” permite probar una amplia variedad de insectos como entrada, con la posibilidad de adicionarles algunas salsas, pero sin ninguna otra comida que distraiga su sabor.

Y si lo único que reconoce en la foto es el aguacate y pan, tome nota de todo lo demás. Los escamoles, o larvas de hormiga, son el centro del plato y casi siempre se comen fritos. A su lado están los acociles (o langostas de río), las chicatanas (hormigas culonas), los jumiles (insectos pequeños que tienen un sabor parecido al de la canela y viven en los árboles), los chinicuiles (gusanos de maguey que en realidad son larvas de mariposa), los chapulines (o grillos en Colombia), otro gusano de maguey, en este caso blanco y otra especie de jumiles que se encuentra en el árbol del mezquite.

Por otra parte, el colombiano Luis Carlos Segura recomienda la pechuga rellena, pero ya les contaremos rellena de qué. Él es el director de investigación de cocina colombiana de la Academia Verde Oliva y profesor de las materias Cocina Básica, técnicas de cocción y Cocina Colombiana en la misma institución. Aprendió a cocinar en la selva, donde vivía su abuela ermitaña. Allí surgió su interés por los insectos, que luego exploró también en Japón, donde vivió durante cuatro años.

Como decíamos, la receta de pechuga dependerá de sus habilidades en la cocina, pero Segura recomienda que el relleno sean hormigas o grillos.

Una receta con secreto

Agarre  la pechuga y ábrala bien, que le quede como un libro, como una tela extendida. Para sazonar el pollo agréguele un poquito de ajo, mostaza, salsa inglesa, alguna hierba como tomillo, albahaca, orégano y, si quiere, un poquito de vino blanco.

Ponga la pechuga encima de un buen trozo de vinilo transparente, déjela reposar y vaya a los insectos.

Si escogió acompañar su pollo con hormigas, asegúrese de quitarles la cabeza y las alas porque tienen un sabor muy amargo. Si escogió grillos, la decapitación es opcional, pero sí asegúrese de quitarles las alas.

Caliente un sartén y póngale poca grasa (aceite o mantequilla). Cuando ya esté caliente, eche todos sus insectos ahí y espere un momento para añadirles el sabor que desee. El chef hace su receta con salsa teriyaki, pero usted puede sazonarlos con picante o con otro sabor que le guste.
Los insectos son ricos en grasas saludables (que son buenas para el corazón y para el colesterol malo); eso significa que cuando usted los pone en el sartén caliente, ellos van soltando una grasita que logra que el sabor que les ponga se añada al que ellos ya tienen. Déjelos un rato en el sartén, que ellos se ponen dorados y crocantes.
Cuando  sus insectos se vean provocativos, póngalos en la pechuga de pollo que dejó reposando. Aquí es donde el vinilo juega su papel: enrolle con fuerza el pollo, como haciendo un paquete, y déjelo bien apretado para que sus insectos no se escapen. Ponga el pollo relleno en el horno y déjelo durante 35 minutos a 180°.

Si quiere que sus invitados disfruten más la receta que acaba de preparar, tenga en cuenta dos cosas: al relleno le puede agregar, además de los insectos, frutas y queso, logrando una buena combinación de sabores; y no le diga a sus invitados que dentro del pollo hay hormigas o grillos, así van a disfrutar realmente de su comida. El toque secreto ya podrá contárselos después.

Comentarios