La sátira: una espada que apunta al poder
Ingrid Beck es una periodista reconocida por ser la directora de la revista Barcelona, medio de comunicación que utiliza la sátira para exponer información de actualidad en Argentina.
A su vez, dirige TEA Arte, organización especializada en formar periodistas con un enfoque artístico, y ha contribuido en múltiples causas para defender los derechos de las mujeres.
Por Esteban Molina Restrepo – emolinar@eafit.edu.co
El Festival Gabriel García Márquez de Periodismo brilló por la presencia de grandes figuras periodísticas de habla hispana que compartieron, en talleres, charlas y conferencias, sus conocimientos, experiencias y proyectos innovadores relacionados con el mundo informativo.
Ingrid Beck participó de la charla “¡Pongámonos serios! El poder de la sátira periodística”, que contó con la presencia de reconocidos periodistas como Maryluz Vallejo, docente de la Pontificia Universidad Javeriana; Pere Rusiñol, redactor en Mongolia; Rafael Pineda, director de El Chamuco y Los Hijos del Averno; y Juan Andrés Ravell, cofundador de El Chigüire Bipolar, quienes hablaron de sus experiencias al momento de utilizar la sátira en sus medios de información.
Beck sostuvo un diálogo con Bitácora sobre la influencia del humor satírico en su forma de hacer periodismo.
¿Cuáles son los retos al momento de dirigir un medio tan polémico como Barcelona?
«Los principales retos son meternos con las personas que queremos, que se entienda el mensaje que buscamos dar y ofender a los objetivos a los que apuntamos. Por otra parte, incluir los temas de la agenda pública y mezclarlos con la sátira para conseguir lograr los retos mencionados anteriormente».
¿Cómo cree usted que ha influido la sátira como género periodístico en el periodismo actual?
«La sátira ha abierto muchas alternativas para la crítica, que no estaban presentes en el periodismo tradicional. Por ejemplo, en Argentina, el periodismo se está volviendo cada vez más satírico, debido a lo crudo que es el mensaje».
¿Cómo se debe manejar la delgada línea que existe entre el humor y la ofensa?
«Desde mi perspectiva, se puede abusar de ella, ya que la sátira es un género que puede darse el lujo de utilizar la ofensa para criticar».
El punto central es ofender a los poderosos y es ahí donde más brilla.
¿Es posible utilizar la sátira en todos los temas de agenda pública?
«Eso depende del medio, y de cómo quiera utilizarla cada quién. En el caso de Barcelona, nos metemos con todo, y cada uno de los temas es material para críticas, siempre y cuando se tenga presente la reflexión acerca de lo hablado».
¿Qué aspectos deben primar en una buena crítica?
«Principalmente, argumentos sólidos que respalden lo que se está criticando, un buen medio para trasmitir las cosas que se están diciendo, y si se va a utilizar la sátira, una investigación previa del tema para saber qué puntos se deben atacar».
¿Cuáles son los aspectos principales de una buena sátira?
«Tiene que existir una parte ofensiva, que genere cierto humor, en su mayoría humor negro y que lleve una reflexión implícita. Pero el aspecto más vital es jugar con el tema que se tiene para que logre llegar a las personas que se quiere».
¿Qué límites usa un medio satírico como la revista Barcelona?
«Nosotros no tenemos ningún límite, y nos metemos con todas las personas y temas posibles. Es una de las razones por las cuales hemos recibido tantas denuncias e intentos de censura».
¿Cuándo pasa a ser tóxica una crítica satírica?
«Cuando se sale de contexto y se tocan temas que están totalmente fuera del contenido principal. Suele suceder que el periodista utiliza información innecesaria y, bueno, en esos casos lo que está haciendo es el ridículo».
¿Las redes sociales son una forma efectiva de realizar este tipo de críticas?
«Las redes se han transformado en un medio excelente para lograrlo. Por ejemplo, en Twitter se puede tener contacto directo con una persona y hacerle llegar lo que piensas. También los memes son una alternativa para usar la sátira de forma efectiva, porque se viralizan rápido y pueden llegar a mucha más gente en poco tiempo».
¿Por qué eligió usted utilizar la sátira como medio para hacer periodismo?
«Principalmente por indignación. Estaba cansada de hacer lo mismo que todos sin lograr resultados, y encontré en la sátira una forma de criticar de forma contundente, dejando un mensaje en lo que hacía. Me ha traído problemas, sí, pero sigo haciéndolo y lo haré hasta lograr un cambio en los problemas sociales a los que apunto».