La masacre de Pozzetto: más que un día de furia

La verdadera masacre

En el evento real, a las 7:30 p.m., al Restaurante Pozzetto de Bogotá ingresó un hombre de 1.70 de estatura y 52 años de edad llamado Campo Elías Delgado Morales, quien después de haber asesinado a su madre y a otras ocho personas, pidió media botella de vino, unos espaguetis a la boloñesa y un tiramisú.

Se tomó un Destornillador (vodka con jugo de naranja) y entró al baño. Alistó las balas de un revólver que llevaba en el bolsillo, salió y gritó: ¡Esto es un atraco! En seguida comenzó a disparar contra las personas que se encontraban en el lugar.

Una mujer logró dar aviso a las autoridades que llegaron diez minutos más tarde, cuando el hombre ya había asesinado a 20 personas, la mayoría mujeres. La frase que se le oía decir antes de cada disparo era: “¡No me mire!, ¡No me mire!”

Su método era arrinconar a las víctimas, dispararles a quemarropa en la cabeza y continuar con la siguiente. Quince personas más resultaron heridas y una niña de seis años murió en medio del tiroteo.

Varios policías ingresaron atropelladamente al establecimiento y comenzaron a disparar en desorden, sin ningún objetivo determinado. Campo Elías se puso de pie e intentó atacarlos, sin embargo, al final lo abatieron.

Se demostró que la trayectoria de las balas revelaba que el individuo no se suicidó como muchos aseguran, sino que fue la Policía quien lo mató. A este sujeto se le atribuye la muerte de un total de 29 personas en un solo día.

 

El “empeliculado”

David Vásquez, un productor de televisión de la Universidad EAFIT a quien le apasionaba el relato por el impacto que causaba y por el temor que sentía de tan solo imaginar entrar en el lugar del crimen, se sumergió en el tema durante una investigación que hizo para un curso de su carrera.

Carlos Mario Correa, profesor de periodismo de dicha universidad, propuso en una ocasión para los estudiantes de Géneros Periodísticos II un trabajo de crónica acerca de algún libro de su agrado. David decidió hacerla sobre la obra de Mario Mendoza, Satanás, que involucraba la masacre de Pozzetto y no satisfecho con ello se impuso el reto de entrar al restaurante.

Cuando llegó se situó en la misma mesa donde Campo Elías Delgado había ordenado la cena y trató de imitar el ritual que este hizo antes de la matanza: pidió la misma comida, se dirigió al baño, alistó su cámara y comenzó a disparar unas cuantas fotografías en el interior del lugar.

Según él, en la película se omitieron gran parte de las historias abarcadas en el libro por cuestiones de tiempo y presupuesto, sin embargo no se perdió el objetivo que era mostrar la evolución psicológica de un individuo hasta el punto de llegar a matar a otros por puro rechazo ante la sociedad, especialmente ante las mujeres.

“Me llegué a ´empelicular´ tanto con este tema que aparte de asistir al restaurante que tanto miedo me daba, hice una especie de investigación al respecto. Hablé con el administrador actual de Pozzetto, con algunos psicólogos y expertos en el tema, analicé la película escena por escena y me leí el libro completo”, afirma Vásquez.

Añade que “una de las cosas que más me llamaron la atención de este personaje (de Eliseo) es que siente un rechazo por los débiles, pero al mismo tiempo se siente inferior frente a los grandes. Es decir, su odio tiene un tanto que ver también con la clase alta, por algo escogió un restaurante tan fino y reconocido en la ciudad para efectuar la masacre”.

 

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