La edad de oro y el tiempo de oscuridad de ‘Kid Pambelé’
En esta obra, el cronista Alberto Salcedo Ramos reconstruye la historia del mejor Welter Junior en la historia del boxeo en Colombia. Reseña.
Por Andrés Castaño Cardona – wcastan3@eafit.edu.co
El oro y la oscuridad, la vida gloriosa y trágica de ‘Kid Pambelé’ es la historia de Antonio Cervantes, un cartagenero nacido en Palenque Bolívar en diciembre de 1945. Él fue el boxeador que le hizo saber a Colombia qué significaba ganar. Antes de él, nuestro motivo de alegría era el 4-4 contra la Unión Soviética en el Mundial de fútbol de 1962.
En 1972 fue el primer campeón colombiano Welter Junior, el mejor Welter Junior. Gracias a su título conoció presidentes, diputados, reinas de belleza. Recorrió países europeos y asiáticos y amasó una fortuna.
Fue admirado, respetado… Todos amaban al campeón. Era Grande como los dinosaurios, así lo dice el primer capítulo del libro de Alberto Salcedo Ramos, uno de los mejores cronistas de América Latina actualmente. El libro fue publicado en abril de 2012.
El título del libro da cuenta de la temática desarrollada por Salcedo Ramos. El oro representa el comienzo de Pambelé: sus primeras peleas en Barranquilla, luego en Venezuela y las disputas que tuvo por mantenerse como único campeón Welter Junior. La oscuridad se refiere a la decadencia de la etapa de oro: las fallas de Pambelé, la pérdida del título, las drogas, las fiestas, los desmanes y las bochornosas actuaciones en público.
La narración de El oro y la oscuridad no es cronológica, la historia va y vuelve, toma aspectos del pasado y los combina con el presente, hace ver a Pambelé grande y a la vez pequeño: sus knockout más recordados hasta las borracheras en las que vendía las pocas propiedades que le quedaban de su época de gloria.
Perder es cuestión de método, así es el título del cuarto de los diez capítulos de la historia del campeón. Allí se muestra en profundidad las causas del declive de su carrera, qué fue lo que pasó, cómo y por qué perdió en dos veces el título.
La polifonía del libro da cuenta de las distintas caras del campeón. La historia es contada por periodistas, por los nietos, la esposa e hijos y por el propio Pambelé, quien solo recuerda el oro. Cuando se le pregunta por la oscuridad cambia de tema de manera astuta.
Salcedo Ramos también interviene con algunos párrafos narrados en primera persona para dar una visión de lo que para él es el exboxeador.
Antonio Cervantes fue campeón casi ocho años, periodo que dejaría una marca en su personalidad para siempre: nunca ha dejado se ser campeón. Las personas entrevistadas por el autor hablan de un Pambelé que no paga el licor que se consume, ni los taxis que lo llevan hasta a su casa. Él dice: “Yo soy el campeón”. Cree que nadie tiene derecho a cobrarle nada.
A veces alucina sus peleas: alza su mano derecha y, con entonado acento, sin importar el lugar y la hora, dice: “¡Y con ustedes el campeón de la categoría Welter Junior, Kiddd Pambeleee!”. Lo hace una y otra vez. Cuando alguien le pregunta “¿cómo estás campeón?” comienza a entrenar frente a un saco de arena imaginario, se pone en retaguardia, saca un gancho izquierdo, después el derecho y se imagina que hizo un knockout.
La locura de Pambelé se acrecentó con el consumo de alucinógenos, cocaína y bazuco. De su fortuna no queda nada, salvo la casa que su esposa, Carlina Orozco, logró salvar. La casa que le regaló a su propia madre, en una de las tantas borracheras la cambió para seguir bebiendo.
Durante la investigación de esta obra, Pambelé se comunicaba constantemente con Salcedo Ramos para preguntarle sobre su historia consumada en un libro: “¡Albe cómo va el libro!, ¡Albe cuánto te falta para terminar el libro sobre mi vida de boxeador!”. Poco después el autor se daría de cuenta que estas llamadas se hacían cuando el exboxeador estaba rodeado de personas. Para alardear de su figura histórica se comunicaba con él para que los demás se dieran de cuenta que Kid era tan grande, que le habían escrito un libro en su memoria.
En junio de 1998, cinco años después de su retiro del ring, Kid Pambelé es incluido en el Salón de la Fama de Boxeo, como el mejor Welter Junior de toda la historia. El último de los honores a su figura que le han hecho es el libro El oro y la oscuridad.
No contaré el final del libro. Solo diré que en el último párrafo, Pambelé agradece de una forma muy fina a Alberto Salcedo por haberle escrito un libro en su memoria, un agradecimiento muy a su estilo.