Violencia y estigmatización tienen en riesgo a la zona turística de la comuna 13
“Violencia en la comuna 13”, “Golpes a cabecillas que azotan a la comuna 13”, “El miedo en la comuna 13 no se va”… Estos son algunos titulares que reconocidos medios de comunicación del país han utilizado en los últimos meses para describir lo que sucede en este sector de Medellín.
Lo que no cuentan es cómo la información brindada ha afectado a uno de los motores principales de transformación del territorio: el turismo.
Por Elisa Gómez y Juliana Uribe
Localizada en la zona occidental de Medellín, la Comuna 13 –también conocida como San Javier– esconde tras sus montañas la vía hacia el puerto de Urabá. Por su posición estratégica ha sido utilizada, en el pasado y aún en el presente, para diferentes actividades ilícitas. Eso ha generado fuertes disputas entre bandas delincuenciales, grupos guerrilleros, paramilitares y el mismo Estado.
La zona ha sido desprestigiada por los medios de comunicación desde los años 80 y su desgracia sigue latente hasta el día de hoy. Aunque sus habitantes y líderes intentan revindicar el nombre de la zona por medio acciones sociales, artísticas, culturales y manifestaciones escolares, como la ocurrida el pasado de 10 de agosto por los colegios de la comuna, donde diferentes instituciones lideradas por la profesora Mery Rubí de Ciencias Sociales, marcharon por las calles de San Javier como protesta en contra a la violencia, en lo que va corrido del año el estigma continúa visible afectando directamente al turismo
“La Comuna 13 y las escaleras eléctricas de San Javier reciben diez mil personas mensuales, lo que convierte a este lugar en el más turístico de la ciudad. Sin embargo, entre enero y febrero apenas recibimos dos mil personas”, comenta Kbala, líder comunitario y guía turístico de Color Tour, uno de los nueve recorridos enfocados en contar la transformación que ha vivido el territorio a través de la resistencia de sus líderes y de las intervenciones artísticas propias de la cultura Hip Hop.
Los diferentes recorridos comenzaron hace siete años con la llegada de las escaleras eléctricas al barrio Las Independencias I. Los grafitis empezaron a multiplicarse y los habitantes vieron la oportunidad de fomentar el turismo, involucrando atributos del Hip Hop, como el rap y el break dance.
Kbala, nacido y criado en San Javier, es un fiel creyente del arte como transformador de la violencia. Cuenta cómo dentro de la comuna existen grupos que pelean por territorio, pero que en la actualidad solo afectan a tres barrios: Juan XXII, Belencito y Betania. La Comuna 13 está conformada por 21 barrios en donde se encuentran tanto estratos 2 y 3 como 4 y 5, y no en todos hay violencia.
Extranjeros como Lilian Flores y su hija, provenientes de Perú, encontraron el tour en Internet y decidieron hacerlo. “Confieso que tenía miedo. Sabía que no me iba a pasar nada, pero en realidad uno siempre tiene temor. Me ha parecido una realidad completamente diferente de la que me imaginaba”, comenta Lilian.
Por otro lado, según Israel Mesa, dueño de la empresa de turismo BeColombia, que trabaja de la mano con la Alcaldía de Medellín, los visitantes entre enero de 2017 y enero de 2018 incrementaron un 274%. Es decir, que mientras en enero de 2017 el total de visitantes nacionales e internacionales a las escaleras eléctricas fue de 3.095 personas, este año acudieron 11.595. Asimismo, el auxiliar operativo de las escaleras eléctricas, David Andrés Zapata, empleado de la Alcaldía de Medellín, también nota un aumento en el turismo.
Sin embargo, la voz que vive del turismo contradice a las cifras oficiales. Kbala asegura que los negocios han sido afectados: “La irresponsabilidad de los medios ha causado que el turismo esté caído. Ahorita apenas se está reactivando. La catapulta mediática en contra de la Comuna 13 ha afectado la cantidad de turistas que optan por realizar un tour en la zona, puesto que no se atreven a entrar más al territorio”.