Innovación para el cambio social y la participación ciudadana
En promedio, cada hora una petición en Change.org obtiene su victoria. Alberto Herrera Aragón, su director, demuestra con ese dato la eficacia de esta plataforma web.
Desde sus inicios profesionales, Herrera se ha enfocado en el trabajo por los derechos humanos y la defensa de causas sociales.
Por Sofía Mejía Restrepo – smejiar4@eafit.edu.co
Alberto Herrera tiene 34 años y es el director de Change.org en México y Colombia, plataforma digital de recolección de firmas para peticiones que buscan resolver problemáticas sociales e individuales que publican los mismos usuarios del sitio web.
Sus grandes experiencias con Amnistía Internacional, Change.org y Naciones Unidas lo convirtieron en uno de los invitados del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, que se llevó a cabo en Medellín del 3 al 5 de octubre.
En la charla en la que participó habló de las redes sociales y su poder para generar transformaciones. Así como de las razones que lo condujeron a interesarse por las causas sociales.
¿Por qué interesarse por los derechos humanos?
«Nací en una sociedad extremadamente conservadora y ese nivel de conservadurismo establece formas únicas de ser; toda persona que se salga de ese molde es enviado al margen de la sociedad y entonces, por diferentes razones, yo mismo me sentí en esa condición.
Veía que mucha gente estaba en esa condición y me parecía que eso no tenía ningún sentido. Yo entendía que los que tenían que cambiar nos eran los que estábamos siendo expulsados al margen, sino al revés, la sociedad que nos estaba impulsando al margen, pues eso inmediatamente me convirtió en una persona deseosa de cambiar ese entorno social».
¿Cuál ha sido su aporte a la innovación del cambio social?
«Mi aporte ha sido ayudar a consolidar y crecer la plataforma más importante de peticiones en México y en el mundo, lo cual ayuda al fortalecimiento de la participación ciudadana a través de la tecnología».
Si no estuviera ejerciendo trabajos con el tema de los derechos humanos, ¿con qué tema estaría trabajando?
«Emprendimiento e innovación tecnológica, con lo que estoy trabajando ahora».
Si las redes sociales no existieran, ¿donde cree que estaría ese poder transformador?
«Internet puede ser utilizado de muchas maneras, que no sea por medio de redes sociales como tal. Internet es un mecanismo de comunicación donde la información fluye y no necesariamente es a través de redes sociales.
La mayor vía de comunicación que tenemos con nuestros usuarios no es a través de las redes sociales, es a través de correo electrónico; que no es una red social.
La maravilla de la época es que Internet permite una escala muchísimo más amplia, con una velocidad mucho más ágil. No hay ninguna otra alternativa que te ofrezca esas dos características: rapidez y extensión; y eso se puede aplicar a redes sociales o se puede aplicar a muchas otras cosas».
¿Qué pasa cuando una persona crea su petición? ¿Cómo es el proceso?
«Cuando una persona entra y crea su petición, la plataforma te arroja un vínculo para que puedas viralizar esa petición y comenzar a juntar firmas, lo que pase de ahí en adelante va a depender mucho de la persona que crea la petición.
Esa persona puede ser súper activa y empezar a ir con medios de comunicación para viralizar el tema, puede imprimir las firmas e ir a entregarlas con el tomador de decisiones, puede estarse comunicando con los firmantes de su petición».
¿Cómo se puede medir la capacidad de cambio de una petición?
«Imagínate el nivel de poder que te da que de pronto tengas a 100.000 personas que firmaron tu petición y que le puedas enviar un correo electrónico a esas 100.000 personas o convocarlas a cualquier cantidad de cosas; es decir, va a depender mucho del nivel de involucramiento que tenga la persona que creó la petición».
Como director, ¿qué tan pendiente está de las peticiones?
«Lo que hacemos nosotros es revisar una vez por semana un listado de las peticiones que se han creado y vamos identificando qué temas y qué abordajes nos parecen que son los que ofrecen mayores posibilidades de éxito.
Sobre esa base nos acercamos a más o menos seis o siete creadores de peticiones diferentes para darles sugerencias, ayudarles a difundir sus peticiones, etc».
¿Todas las peticiones llegan a buen puerto?
«La mayor parte de las peticiones siguen su curso solitas y la gente las viraliza solas y trabaja con ellas de manera independiente, por otro lado, si hay peticiones que no cumplen con nuestros términos de servicio esperamos que la gente las denuncie, y esas peticiones sí debemos revisarlas una por una para ver si pueden seguir existiendo o no».
¿Una palabra que lo defina?
«Disruptivo».
¿Cómo se ve en diez años?
«En diez años me veo generando nuevos productos y modelos que ayuden a que las personas que tradicionalmente no participan en asuntos públicos lo hagan».