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El teléfono móvil, un abanico de herramientas para el periodista

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El periodismo de hoy no se puede concebir al margen de los teléfonos celulares: ellos se volvieron una extensión de los elementos básicos para la captura de la información, pero también para su transmisión y difusión.

Por Ainhoa Pérez Expósito – Estudiante Maestría en Comunicación Transmedia, Universidad EAFIT – apereze1@eafit.edu.co

Las nuevas tecnologías han cambiado las rutinas de producción de los periodistas, desde el modo en que recaban la información, la redactan y publican hasta el alcance mismo de las noticias.

Con la llegada de Internet nace el periodismo digital, permitiendo que la información se pueda difundir de manera instantánea, rápida y que, además, pueda ser interactiva con los lectores.

Sin embargo, la llegada de los teléfonos móviles es, a mi parecer, el cambio más significativo y que ha revolucionado los procesos periodísticos, pues ha levantado de sus sillas a los periodistas que se encontraban tranquilos en las redacciones escribiendo.

Tal y como afirman Denis Porto y Jesús Flores en su libro Periodismo Transmedia – Reflexiones y técnicas para el ciberperiodista desde los laboratorios de medios interactivos, el periodista ha vuelto a salir a la calle para buscar las noticias de primera mano, ha vuelto al origen y, por tanto, a la esencia de la profesión que es acudir al hecho para contar en primera persona los acontecimientos.

Una puerta para nuevos contenidos

Todo esto se ha podido conseguir por las ventajas que proporciona el dispositivo móvil, una herramienta que todas las personas llevan encima y que, en el caso de los periodistas, les favorece enormemente porque les facilita y agiliza el trabajo.

El teléfono móvil es para el periodista un abanico de herramientas que puede utilizar en su día a día y que simplifica múltiples accesorios: es hoy grabadora de voz, cámara fotográfica y de video, y hasta bolígrafo y libreta, útiles en el primer proceso para realizar una noticia, en la recolección de la información.

Asimismo, se convierte en un “satélite” que emite la información desde un punto a otro, sin importar la distancia entre el periodista y su medio.

Sin embargo, y aunque ahorra tiempo y esfuerzo, también vuelve al periodista muy dependiente de la red ya que para producir el contenido requiere de la conexión a Internet para transmitirla.

Además, el teléfono móvil cambia también la forma en que se escribe la información, el lenguaje.

“El móvil no es meramente un nuevo soporte para los contenidos digitales, abre la puerta a nuevos contenidos periodísticos”, dicen Porto y Flores.

Un oficio que se reinventa

Con la aparición del móvil, el periodista se reinventa, ya que no sirve transcribir los mismos contenidos de otros soportes como la radio, la televisión o la prensa escrita.

Este nuevo lenguaje periodístico nace con el “periodismo transmedia”, una forma de hacer periodismo en la que se amplía el contenido, ya que la información se pone en circulación de forma instantánea en diversos medios (blogs, redes sociales, webs…) para un público diverso de usuarios, con lenguajes y narrativas diferentes.

Y es aquí cuando entra uno de los elementos más importantes para el periodismo con la llegada de las tecnologías a la profesión: si antes hablábamos de la facilidad que proporciona un teléfono móvil por el tiempo y el esfuerzo que le ahorra al periodista y que hace que la información llegue hasta el ciudadano en apenas segundos desde que se produjo y cumpla con el factor noticioso de la rapidez, ahora hablamos de la posibilidad de interacción que se ofrece con el periodismo transmedia.

Estamos en una sociedad donde hay exceso de información, todos los días y en todos los formatos los ciudadanos la reciben, pero ¿cuánto de ese contenido llega realmente al usuario?

Esa es una pregunta difícil de contestar y que con el periodismo transmedia conseguimos al menos aprovechar esa movilidad para convertirla en interactiva y de esta forma destacar el contenido y atraer al receptor para que interprete nuestro mensaje.

Además, este gran volumen de contenidos es transportado por los ciudadanos cada día con el teléfono móvil. En este dispositivo se albergan múltiples canales de comunicación al que el ciudadano puede acceder en un solo click, de esta manera el periodista tiene un papel determinante al clasificar y jerarquizar toda esa información.

Nuevas interacciones y nuevos lenguajes

En este modelo de periodismo las herramientas tecnológicas cumplen un papel determinante al permitir la interactividad del contenido con los dispositivos móviles conectados a través de una red de Internet.

No es, por lo tanto, adaptar el contenido a las nuevas plataformas digitales, sino crear un lenguaje a través de las narrativas transmedia para una correcta navegabilidad e interactividad del usuario con la información.

Hacer contenido transmedia supone para los periodistas una producción diferente con elementos que van más allá del texto, como el video o la fotografía.

Estos contenidos transmedia generan una participación y contribución del usuario, sobre todo en las redes sociales, haciendo que en ocasiones esa información expanda la narración, añadiendo información nueva e importante a la primaria realizada por el periodista.

De esta forma, las redes sociales se convierten en herramientas capaces de difundir con rapidez y con una gran capacidad viral los contenidos publicados por los periodistas.

Como conclusión, quisiera resaltar que la tecnología por sí misma no tendría sentido en periodismo, pues la calidad de la información no es determinada por las nuevas herramientas tecnológicas: estas solo facilitan la elaboración y transmisión, pero de nada sirve sin un profesional que observe, cuestione, plantee y narre como testigo de lo que pasa en la sociedad.

 

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