El santuario de los milagros en el sur de Medellín
Entre el va y viene de la avenida El Poblado, en el sur de Medellín, se encuentra un lugar que recoge a los ciudadanos con una única razón: la fe y la esperanza.
Un reportaje gráfico con fotos panorámicas sobre este místico lugar.
Por María Adelaida Tobón y Sara Gamboa
La gruta de la Virgen de la Rosa Mística se ha convertido en un punto infaltable para los devotos católicos que peregrinan y creen en los milagros de la Virgen María.
El altar está ubicado sobre el costado derecho de la avenida (en el carril que va en dirección sur-norte), justo encima del deprimido que conecta la calle 34 con la rotonda de La Aguacatala.
Está abierto las 24 horas del día para las visitas de sus creyentes y desde la entrada a la gruta se respira el olor de los más de 30 ramilletes que a diario acompañan a la Virgen de la Rosa Mística.
El lugar está enchapado con alrededor de 300 placas que los fieles creyentes han dejado como agradecimiento a las peticiones que la Virgen les ha cumplido.
En todo el centro de la gruta, sobre un fondo de piedra, vestida de blanco, con corona y rodeada de flores está la Virgen.
Sobre el origen de la misma se conocen dos historias. Sofía Pérez y Manuela Palacio, ambas comunicadoras sociales, han investigado sobre la Virgen de la Rosa Mística:
“La primera historia dice que fue traída desde Italia por Benedikta Zur Nieden hace más o menos 80 años, quien luego de escuchar las historias de los milagros realizados por esta, quiso salvar a su hija, Isolda Echavarría, por medio de la oración, de la enfermedad de Guilliam Barré».
«Y la segunda dice que la virgen fue un regalo de María Escobar de Ángel a Eliseo y Juan Villa, en septiembre de 1989, quienes durante quince años cuidaron y adornaron la anterior Virgen de la gruta, la cual fue robada”.
Su nombre -la Virgen de la Rosa Mística- hace referencia al poder que, según sus creyentes, le dan las flores a la Madre de Dios.
Es esta la razón por la cual la gruta de la Aguacatala es actualmente para miles de católicos en un altar con esencia y color a flor, a fe y a esperanza.