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“El gusto personal es sagrado, es palabra de Dios”: Tulio Zuluaga

Su historia lo ha hecho famoso, pero su personalidad lo ha convertido en un éxito en redes sociales.

El bloguero de comida Tulio Zuluaga, más conocido como Tulio Recomienda, demostró cómo su proyecto de los masters de pizza y hamburguesa no solo mueve a la economía, sino que también impulsa a los pequeños y grandes restaurantes a crecer y, en algunos casos, a ser conocidos por nuevos comensales.

Por Elisa Gómez y Juliana Uribe / egomezd4@eafit.edu.co – juribee5@eafit.edu.co

Nacido en Barranquilla, el hombre que comenzó su carrera profesional como cantante de vallenato y que más adelante estuvo en el sector automotriz, encontró en las redes sociales y la comida un proyecto de vida y una oportunidad de negocio.

Con su última victoria batió récord, convirtiendo al Sushi Master en el rey de los masters, pues entre el 13 y el 20 de agosto los 95 restaurantes participantes en cuatro ciudades, Medellín, Bogotá, Cali y Bucaramanga, duplicaron la cantidad de rollos vendidos de un día para otro.

 

¿Cuál es su plato favorito?

«Se pelean entre el tamal y el sancocho. La mayoría de las personas piensan que mi respuesta sería algo como pato laqueado con trufas del piggott, pero para mí esos dos platos son lo máximo, no tienen comparación con ningún otro».

¿A quién admira en el mundo gastronómico?

«Admiro a muchos cocineros en toda Colombia. Tendría que empezar por Leonor Espinosa y Harry Sasson, los grandes chefs colombianos. En Medellín hay un gran cocinero que se llama Álvaro Molina y el antropólogo Julián Estrada, son personas que me sorprenden mucho culinariamente.

No tengo una afinidad exacta con un personaje como tal, sino con el tema gastronómico en general. Mi admiración parte de la carrera del cocinero».

¿Cuál es la propuesta del Sushi Master, diferenciadora del Burger y Pizza Master?

«No hay diferencia, lo único que cambia es la comida. El esquema del master es uno que se ha puesto a prueba y que con cada versión mejora más. Queremos conservarlo así, pues las personas saben qué es, cómo votan, cuáles son las reglas y los restaurantes que habrá.

También saben que tendrán que hacer fila, conocen el valor del producto y lo más importante: entienden que es una votación y no una promoción que yo hago a los restaurantes».

 

¿Por qué la elección de la comida japonesa?

«El sushi fue mandato de la gente. Yo no pensaba hacer otro master, la idea es que solo fueran dos, el de pizza y hamburguesa porque no todo puede ser máster. Desde que empecé con el Burger en enero y febrero de este año, las personas pedían sushi.

Después de pensarlo mucho, porque me parecía arriesgado poner a competir el sushi con la pizza y la hamburguesa, subí una foto a Instagram preguntándole a le gente sobre un posible Sushi Master: el éxito fue rotundo y hasta ahora es la foto más viral en mis redes sociales».

 

El sushi es una de las comidas más apreciadas en el mundo, sin embargo se adapta a la cultura en la que se instaura. ¿Usted es purista o considera que un sushi con madurito es válido?

«He tenido desacuerdos con algunas instituciones y con algunos de los grandes puristas de la gastronomía. Yo crecí con ellos y se quedaron estancados en el tiempo, con su lenguaje complicado.

Si lo que queremos es llevar a las personas a la gastronomía, lo que tenemos que hacer es hablar su idioma y darles lo que ellos quieren.

La comida es para disfrutar, relájate, es comida y no se va a ofender. Prepárala como quieras, cómela como quieras. El gusto personal es sagrado, es palabra de Dios».

¿Por qué cree que el antioqueño se ha apropiado de la gastronomía japonesa? ¿Es por moda, curiosidad o por el hecho de que Medellín está globalizando sus papilas gustativas?

«En toda Colombia la cultura del sushi está muy arraigada. Creo que el sushi ha sido impulsado por los niños y jóvenes, buscan sabores nuevos todo el tiempo.

Tengo una teoría respecto a esto y tiene que ver con el Sushi Master: son los niños de ocho años en adelante los que lo están impulsando.

Lo veo como un tema de apropiamiento, algo que no les impusieron y que ellos solos encontraron. Es una conclusión mía porque me sorprende ver a los niños sentados en el Sushi Master y al papá sin comer».

¿Cuáles son las repercusiones económicas de los masters para los restaurantes?

«Es una locura. Suelo decir que el master no sucede durante la semana en que se da. Sí ganan mucho dinero, partiendo de que los que menos ganan en utilidades generan alrededor de 30 y 40 millones de pesos, pero después del Burger, que es el ejemplo más cercano, todos los restaurantes crecen un 25%.

Hay muchos críticos de los masters y yo me pregunto por qué si mueven la economía, el Burger movió 15.000 millones de pesos».

¿Qué cambios pueden producir en un negocio?

«Hay historias hermosas, los masters son eventos salvadores. En el sushi teníamos identificados ocho restaurantes que iban a cerrar. Puedo asegurar que después de esa semana eso no pasó porque tienen un buen producto que la gente no conocía.

El master es una maquinaria, no es solo el concurso como tal, es una maquinaria bondadosa del mejor mercadeo que alguien se pueda imaginar».

¿Cómo es la elección de los restaurantes?

«Las personas eligen los lugares que más les gustan sin que yo tenga que intervenir. Lo que hacemos es una convocatoria donde normalmente recibimos alrededor de 5.000 comentarios y la gente participa, tabulamos y los más votados aparecen.

Una vez tenemos los restaurantes, los llamamos y ellos deciden si desean participar o no. Muchos restaurantes no aceptan porque no creen que su producto convoque a tantas personas».

Cómo bloguero, la unión de la comida y la tecnología es indispensable. ¿Qué piensa del hecho de sentarse a comer y tomarle fotos a la comida?

«Me gusta. Muchas personas critican que lo haga, pero a mí me parece que es una parte muy importante.

En el pasado no nos importaba la calidad, sino la cantidad y el precio. No apreciábamos la comida, simplemente queríamos quedar llenos, satisfechos. La comida hay que apreciarla».

 

¿Considera a la comida como arte?

«Existe la discusión si la comida es arte o no. Para mí lo es, pero para considerarla así, hay que tratar el tema visual y olfativo.

En la comida todo te llama: la parte manual, la presentación y el olor. Es un momento de despertar, de apreciar lo que comes y reconocer eso que el cocinero hace».

 

Foto principal tomada del Facebook de Tulio Zuluaga

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