Exguerrilleros y exparamilitares que pertenecieron a las Farc, el Eln y las autodefensas se encontraron en el municipio de Dabeiba, occidente de Antioquia, en un escenario distinto al campo de batalla.
La razón común que los unió fue el fútbol como un elemento de creación de lazos sociales y de reconciliación.
Con el objetivo de cambiar la historia de violencia que han dejado más de cincuenta años de conflicto armado, se realizó Golpe de Estadio 2 en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de la vereda de Llano Grande, con el objetivo de vivir el fútbol como un aporte para la reconciliación de Colombia.
En este escenario, el fútbol logró hacer realidad lo que durante muchos años se creía imposible. En 1998 cuando se lanzó la película colombiana Golpe de Estadio, imaginarse un escenario de tregua entre grupos insurgentes y fuerza pública era inimaginable, hoy 20 años después la película pasó de la ficción a la realidad.
En la secuela de la película, la historia llevada a la realidad, se demostró que el ‘deporte rey’ transformó gritos de batalla en alientos de gol y cambió las balas por disparos al arco.
Esta actividad logró reunir a excomandantes como Pastor Alape e Isaías Trujillo, de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc; Felipe Torres, del Ejército de Liberación Nacional, Eln; Ernesto Báez, de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc; y a víctimas representativas como Yolanda Perea, lideresa del Pacífico, y Teresita Gaviria, de las Madres de la Candelaria.
En esta actividad de cerca de 24 horas, los habitantes de la comunidad de la vereda Llano Grande, en Dabeiba, disfrutaron convivencia la proyección de Golpe de Estadio, hicieron un conversatorio sobre paz y reconciliación, vieron el partido de Colombia ante Japón y se jugaron su propio partido por la reconciliación.
Este escenario de paz fue posible gracias al trabajo coordinado de la Organización de las Naciones Unidas, ONU; la Gobernación de Antioquia, el Gobierno Nacional, el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), el Ejército, la Policía y la Confraternidad Carcelaria de Colombia, entre otros.
La zona veredal de Llano Grande, en Dabeiba, fue el escenario donde exintegrantes de grupos armados convivieron con víctimas del conflicto armado e integrantes de la fuerza pública para vivir el fútbol y reconciliación.
Los colores y la cultura del respeto predominaron en un evento que buscó aportarle a la construcción de la paz y a la integración de quienes antes se buscaban para asesinarse y hoy conviven con tranquilidad.
Los habitantes del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Llano Grande son personas empoderadas a través de la la palabra y la política en lugar de las armas como un medio para la participación social.
En las casas de la zona, las personas en proceso de reincorporación a la vida civil muestran la bandera de su partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Farc.
Una imagen para la historia: de izquierda a derecha, Pastor Alape, excomandante de las Farc; Ernesto Báez, excomandante de las Auc, y Felipe Torres, excomandante del Eln, quienes se sentaron para dialogar sobre la reconciliación y demostrarle al país sus intenciones de aportarle a la paz.
Teresita Gaviria, líder de las Madres de la Candelaria, se sentó junto a Pastor Alape como símbolo de reconciliación entre víctimas y antiguos victimarios.
La camiseta de la Selección Colombia de fútbol fue lucida durante toda la actividad y algunas tenían un mensaje de paz para jugársela por un nuevo país a través de la reconciliación.
A pesar de sufrir por perder el partido 2 goles a 1 ante Japón, víctimas, exvictimarios e integrantes de la producción de Golpe de Estadio, entre ellos su director, Sergio Cabrera (derecha en la foto) se sentaron juntos como símbolo de paz y convivencia.
La comunidad de Llano Grande le envió un mensaje al país, “nunca más” para expresar que se debe garantizar la verdad y la no repetición, elementos planteados en los acuerdos de paz.
Excombatientes de diferentes grupos armados, integrantes de la fuerza pública y habitantes de la zona defendieron los mismos colores en un partido donde la protagonista fue la paz y no tuvo ganadores y perdedores.
Con una pancarta de “Territorio de paz”, líderes sociales, excombatientes, integrantes de la Polícia y exfutbolistas profesionales ingresaron a la cancha a jugarse un partido por la reconciliación que disfrutaron más de 100 personas.
En el terreno de juego se reunieron los equipos integrados por víctimas, exvictimarios, integrantes de la fuerza pública e integrantes de la comunidad para hacerle un homenaje previo a la paz como objetivo común.
Algunos murales del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Llano Grande dicen no a la guerra transmitiendo un mensaje de paz a través de expresiones artísticas y culturales.
Los habitantes del espacio territorial demuestran su esperanza y amor por la construcción de la paz a través de un mensaje dedicado a Manuel Marulanda Vélez, fallecido líder de las desmovilizadas Farc.