El 9

El fotógrafo punk que contó la Medellín de los 90

A los 48 años, una enfermedad le impidió a  Albeiro Lopera llevar a cabo todos sus proyectos. ‘El 9’, como le decían, fue un reportero gráfico empírico que registró de manera única las grandes tragedias del siglo pasado en el país.

Por Sofía Pérez Aristizábal –spereza5@eafit.edu.co

Armado con su cresta y una cámara fotográfica, Albeiro Lopera se dedicó, en los años 90, a fotografiar la Medellín trágica y a veces caótica que pocos se atrevieron a contar. ‘El 9’, como lo apodaban, es recordado por su estilo único y arriesgado. Nunca aprendió a conectar con las víctimas, sin embargo fue excelente retratando victimarios. Era como si su cámara fuera un arma, o un escudo, que lo protegiera del peligro.

“Albeiro sale amenazado de Bello a principios de los noventas, llega a Medellín y se convierte en mensajero. Ahí empezó a hacer su vida en la ciudad. Yo lo conocí cuando ya era fotógrafo de la agencia Reuters en una de mis visitas a Barrio Triste, donde hice muchos trabajos de la universidad. Teníamos un mismo interés en un mundo marginal, ahí empezamos a ser amigos”, dice Alfonso Buitrago, un periodista que, el pasado 13 de abril, presentó su libro: El 9. El texto contiene una selección de sus fotos y la reconstrucción de la vida del fotógrafo.  “Albeiro recibía a muchos periodistas, a muchos fotógrafos y a muchas personas del extranjero que querían conocer a Medellín, era eso que llaman un stringer. Era el contacto que le permitía llegar a mucha gente que quería conocer el mundo de las drogas, de las bandas”.

‘El 9’ se hizo conocer, sobre todo, porque mostraba una Medellín que a muchos no les gusta ver. En sus fotografías retrató la muerte, la violencia, la guerra, las drogas, entre otros. Esto, como es de esperar, genera críticas y desacuerdos. Muchos reporteros gráficos han mostrado el conflicto, pero ninguno lo hizo como él. Alfonso dice que era como la otra cara de Jesús Abad Colorado, “el niño malo”.

“Muchas personas me decían que la primera impresión que tenían de él era de miedo. ‘El 9’ tenía una figura encorvada, era larguirucho y le decían así por la joroba que tenía. Sus rasgos físicos, por su enfermedad, se fueron marcando muy duro. Era como si, de alguna manera, el oficio él lo tuviera muy metido en su piel. Era huraño, muy sarcástico y muy directo, y yo creo que eso es lo que fascinaba. Además, él era un punkero emblemático, no ha habido punkero de vieja guardia con el que yo haya hablado que lo desmienta. Fue una figura representativa del movimiento punk de acá, por su agresividad, por su origen. Pero al mismo tiempo era una persona muy tierna, muy cariñosa, una vez que rompías esa coraza”.

Muchos reporteros gráficos han mostrado el conflicto, pero ninguno lo hizo como él. ‘El 9’ era como la otra cara de Jesús Abad Colorado, “el niño malo”.

La primera impresión que tuvo Alfonso Buitrago del reportero gráfico fue la de un embaucador. Pero luego se dio cuenta de que no lo era, que su cámara fue lo que evitó que se perdiera. ‘El 9’ no pasó por la universidad, tan solo hizo un curso de fotografía de 9 meses. No obstante, por las circunstancias y los círculos en los que se movía terminó dentro de un grupo de gente que estaba haciendo cosas importantes en la ciudad, allí fue donde aprendió. Se educó en la calle, que es, para muchos, la mejor escuela.

“El punk le dio a él las armas para evadir la delincuencia y para entender su papel”, continúa Alfonso. “Lo importante al final no es la fotografía, sino desde dónde se toma. Para quién la estoy tomando, cuál es mi papel. Y esas preguntas él las tenía contestadas desde antes de volverse fotógrafo”.

Según Buitrago, Albeiro era inexperto con respecto a muchas cosas, pero aprendía muy rápido. Era muy intuitivo y así entregara lo que no era, siempre entregaba a tiempo. No había cómo acabar con él, era sumamente tolerante a la frustración.

“Cuando lo conocí, yo pensé que la cámara era un arma. Luego me di cuenta que no, que era un escudo. Albeiro estaba muy protegido”.

‘El 9’ no era bueno para acercarse a las víctimas, siempre se le dificultó. Pero fue excelente para fotografiar victimarios y eso es algo que no se ve muy a menudo. Alfonso piensa que eso se debía a su propia posición, pues él mismo fue víctima del conflicto y, a lo mejor, no quería revivir su propia historia a través de otros. Esa fue otra de las cosas que lo diferenció.

Sin embargo, siempre intentó dar a conocer su historia: “Él siempre se quiso contar”. Buitrago recuerda que siempre estaba haciendo un documental, un libro, un corto o cualquier cosa para narrar su vida… Pero nunca lo terminó, por lo menos no vivo. En el caso del libro, publicado por Tragaluz Editores, “El 9”, Albeiro alcanzó a ver el principio, pero no lo vio terminado. Ahora, el texto existe como una especie de homenaje a quien fue.

Imagen: De izquierda a derecha: el periodista y escritor Alfonso Buitrago, el profesor Edwin Vélez y el estudiante de Comunicación Social Pablo Orozco. Foto: Natalia Zuluaga.

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