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«Descubrí un país dividido y en silencio»: Álvaro Ybarra, fotógrafo español

Álvaro Ybarra Zavala es un fotógrafo español que ha trabajado para medios como The New York Times, Libération, Sunday Times Magazine, CNN, Vanity Fair, y muchos otros. Ha estado en más de 40 países, entre ellos Ucrania, Afganistán, Irak, Venezuela y Colombia, enfocando sus lentes hacia diferentes conflictos armados. 

En el Festival Gabriel García Márquez de Periodismo participó en la charla “Fotoperiodismo, memoria y búsqueda de la verdad”, en la que en conversación con Germán Rey (Colombia) compartió sus historias con los también fotógrafos Natalia Botero (Colombia), João Pina (Portugal) y Stephen Ferry (Estados Unidos). 

En la charla hablaron sobre el conflicto armado colombiano y de como, por medio de la fotografía, se ha ido creando una memoria colectiva para evitar que se repita en un futuro.

Por Juana Marian Posada Montoya – jmposadam@eafit.edu.co

Desde una temprana edad, Ybarra ha usado la fotografía para luchar contra el silencio que viven muchos de los conflictos armados alrededor del mundo.

Con sus fotografías intenta mostrar las diferentes verdades que giran en torno a ellos. Y a partir de sus viajes, ha publicado reconocidos reportajes gráficos como «Macondo, memorias del conflicto colombiano» (2017), «Apocalipsis» (2010) e «Hijos del desconsuelo» (2006), que han sido difundidos internacionalmente.

Álvaro Ybarra compartió con Bitácora su opinión sobre el conflicto colombiano, en la que ofrece una nueva mirada al posconflicto.

Soldados del Ejército ucraniano caminando en la línea de frente en Svetlodarsk. Fotografía de Álvaro Ybarra. / Foto tomada de https://alvaroybarra.com/es/project/la-guerra-que-se-convirtio-en-rutina/

 

¿Cómo y por qué llegó a Colombia?

«Me invitó una gran amiga. Vine aquí de rumba y cuando llegué a Bogotá descubrí esa Colombia cosmopolita y fantástica. En un momento dado recibí una llamada diciéndome que si podía ir a hacer unas fotos a un sitio que no conocía, que se llamaba el Chocó, que supuestamente había habido un desplazamiento masivo y, de repente, me encontré con una situación que no me esperaba.

Descubrí un país totalmente dividido y en silencio. Lo que más me asustó es la indiferencia de las dos Colombias, de la una frente a la otra; me acuerdo que cuando llegué a Bogotá y conté lo que había visto la gente no se lo creía y, además, no les importaba.

Me di cuenta de que era todo política y una politización horrible y me dije: “necesito entenderlo”, y así empecé a trabajar alejado totalmente de la política y quise entender a las diferentes Colombias, viviéndolas muy intensamente. Al principio no sabía muy bien qué buscaba, simplemente me dejé llevar y ya llevo 17 años».

¿Con cuál rama de la fotografía se siente más identificado?

«La fotografía es el único lenguaje universal que existe, que no entiende de fronteras, de idiomas ni de muros, no entiendo por qué hay que catalogarla.

Es algo que no necesita ser explicado, es como un abrazo o como la música, cualquiera puede hacerla suya y es cierto que hay muchas maneras de hacerlo, pero la fotografía para mí es algo muy personal».

¿Que busca por medio de la fotografía?

«Lo único que quiero es entender el mundo que vivimos y aunque evidentemente hago una fotografía que va a una línea más de reportaje, no soy solamente un fotógrafo de documental».

¿Por qué cree que algunas personas le tienen tanto miedo a las cámaras?

Porque te desnudan el alma, como persona, y evidentemente porque la fotografía tiene la capacidad de inmortalizar un momento que no se va a volver a repetir nunca.

«Es una forma de combatir la impunidad y mostrar esas cosas que no nos podemos olvidar».

¿Qué criterios hay que tener al momento de decidir tomar o no tomar una foto?

«Sentido común, que te gustaría a ti que te hicieran y que no te gustaría a ti que te hicieran, respeto. No es tan difícil».

¿Cómo la fotografía se ha ido convirtiendo en una forma de crítica social?

«La fotografía no entiende de fronteras, yo creo que tú puedes interpretarla como tú quieras. Yo tengo una forma de ver la fotografía y tú tienes otra, yo no digo que la mía sea la correcta o la definitiva, es algo muy personal.

Cada uno decide cómo quiere vivir la vida, al igual que decide cómo quiere vivir y sentir la fotografía».

¿Cuál es el reto más grande que tiene un fotógrafo?

«¿El reto más grande que tiene un fotógrafo? Es que no sé, como yo no separo mi vida de la fotografía, al final creo que es ser honesto con lo que haces, auténtico con lo que sea que quieras mostrar, el tipo de realidades que tú documentes… ser real».

Usted ha estado en contacto con diferentes grupos armados, como las FARC aquí en Colombia y algunos colectivos armados de Venezuela, ¿cómo logra entrar en contacto con ellos? ¿Por qué cree que es tan importante contar su parte de la historia?

«Siempre creo que hay hechos y hay diferentes formas de interpretar un hecho. Cuando quieres hacer entender la dimensión de una realidad no solamente puedes contar un punto de vista, sino que debes abordar ese hecho en concreto.

Digamos, las torres gemelas se caen, igual que naces, mueres. Es fundamental contar los diferentes contextos que giran en torno a ese hecho para entenderlo y entender la realidad en su máxima expresión.

Dicho eso, es como un trabajo, simplemente llegas y ante todo debes ser honesto. No pretender ser alguien que no eres y menos con la gente que estás trabajando. Lo único que te permite entrar a los sitios es tu palabra».

¿Cómo funcionaba esa la relación con ellos?

Son personas como tú. Muchas personas de Colombia tenían una visión de la guerrilla muy prefijada, en parte es una visión muy real, porque ellos lo ven así. Veían al guerrillero o guerrillera como la amenaza, el ogro, el coco, el asesino, el terrorista.

«El nexo común que pueden tener ustedes es la guerra y tienen visiones diferentes, pero si eres valiente y te atreves a escuchar su versión y ellos la tuya, probablemente verás que tienen muchas cosas más en común de las que piensas».

¿Qué papel juega la fotografía en un conflicto armado como el de Colombia?

«Pues creo que la fotografía es capaz de generar esos puentes, ese entendimiento que hace mucho más comprensibles realidades tan complejas como puede ser el conflicto colombiano o como puede ser la realidad venezolana».

¿Cuál cree que es el problema más grande que tiene el conflicto armado en Colombia?

«El mayor problema que existe ahora mismo en Colombia es que muchas veces se ha pretendido vender el acuerdo de paz como una paz social y es una paz armada.

Todavía queda mucha trocha por recorrer para que en este país exista una paz social. Yo creo que no puedes vender algo tan importante como una campaña de marketing».

¿Qué le hace falta a Colombia para alcanzar esa paz social?

«Para que haya una paz real en este país tiene que haber igualdad de oportunidades. Debe haber una mayor inversión social, una mayor presencia del Estado, una memoria plural y no solo un relato de lo ocurrido.

Así las nuevas generaciones pueden hacer suya esa memoria y construir una sola Colombia, no tantas Colombias como existen el día de hoy. Mientras que haya esas fronteras dentro del territorio es muy difícil que se alcance una paz real».

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