Reportaje gráfico realizado en el barrio La Paz, donde pasó su infancia Pablo Escobar en el municipio de Envigado y el cual la implosión del Edificio Mónaco no lo perturbó en absoluto. La vida cotidiana siguió tal cual, durante los momentos en que caía de uno de los íconos arquitectónicos del narcotráfico.
Poco antes del mediodía, el sector lucía como un barrio residencial más, con sus restaurantes y negocios abiertos al público y muy pocas personas en las calles.
En el barrio aún hay rastros de la devoción del Niño Jesús de Atocha, al cual le tenía fe la madre de Pablo Escobar, Hermilda Gaviria Berrío. Esta imagen está en un edificio ubicado frente a una de las instituciones educativas de la zona.
En la época de auge de Pablo Escobar era común que el capo visitara la cancha de fútbol del vecino barrio El Dorado. Este lugar es manejado hoy por el Instituto de Deportes del municipio y estrena cancha sintética.
La cancha de fútbol La Paz fue construida por Escobar como regalo al barrio de su infancia. En la actualidad presenta este aspecto, luego de la remodelación que le hizo la administración municipal.