Mano con medicamentos

Delincuentes roban mientras drogan con medicamentos para la ansiedad

En Medellín, una pareja fue víctima de esa modalidad de hurto dentro de su propio hogar. Las benzodiacepinas son las sustancias más usadas para este tipo de hurtos.

Por Camila Moreno Gómez
cmoren12@eafit.edu.co

Rodrigo y Mónica, una pareja de esposos que habitan en una unidad residencial en la zona de El Poblado, en Medellín, fueron víctimas de robo en su propia casa el miércoles 27 de enero de 2016. Para lograrlo, una mujer se valió de sustancias psicoactivas.

Después de almorzar, ambos comenzaron a sentirse muy mal. Rodrigo cayó inconsciente y Mónica percibió que algo andaba mal. “Llamé a mi hermana y le dije que mi esposo y yo nos estábamos sintiendo muy mal, que por favor viniera por nosotros –relata Mónica–. Luego llamé al portero y le dije que no dejara salir ni entrar a nadie, solo a mi familia. Ellos alertaron a las autoridades y pasaron a buscarnos”.

La mujer que había sido contratada dos días antes para prestar sus servicios de aseo y cocina, al parecer, con la intención de robarles, les suministró en el jugo una alta dosis de benzodiacepinas (medicamento que, entre otros usos, sirve para tratar la ansiedad). Así lo estableció el examen toxicológico realizado a la pareja en el Hospital Manuel Uribe Ángel de Envigado.

La presunta implicada alcanzó a escapar, pero más tarde fue retenida por la Policía. Los esposos estuvieron muy desorientados por algunos días, pero ya se encuentran fuera de peligro.

El riesgo de estos medicamentos

La administración de sustancias psicoactivas con finalidad criminal se llama “sumisión química”, según lo define la Revista Española de Medicina Legal.

De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia, las benzodiacepinas son las sustancias usadas en el 90% de los casos de hurtos por sumisión química, a pesar de que aparentemente solo se pueden obtener con prescripción médica en las farmacias.

Hugo Gallego, toxicólogo de la Clínica Las Américas y docente de la facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, explica que las benzodiacepinas son utilizadas en medicina para sedar, disminuir los síntomas de la ansiedad e inducir el sueño, entre otras:

“Ha surgido hace muchos años un mercado negro de estas benzodiacepinas con el fin de cometer actos delictivos como robos –afirma Gallego–. Popularmente son conocidas como ‘ruedas’, ‘roches’ o ‘pepas’, y la más usada para estos fines es el Rivotril”.

Según el galeno, si son ingeridas en altas dosis, las benzodiacepinas pueden ocasionar desorientación, palidez, frialdad, pulso débil, marcha tambaleante, dificultad para hablar, pérdida de la voluntad y un cuadro de somnolencia que puede llegar hasta el coma, incluso la muerte.

Dinámicas del hurto en Medellín

El centro de Medellín es la zona en donde más casos de hurto se presentan, de acuerdo con esta infografía realizada por el Sisc (Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia) de la Alcaldía de la ciudad.

El centro de Medellín es la zona en donde más casos de hurto se presentan, de acuerdo con esta infografía realizada por el Sisc (Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia) de la Alcaldía de la ciudad.

En 46% aumentaron en el año 2015 los casos de hurto bajo diferentes modalidades en Medellín y sus corregimientos. Mientras en el año 2014 se denunciaron 2.894, en 2015 aumentaron a 4.226. Así lo revela el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc) de la Alcaldía de Medellín.

Con 716 casos registrados, febrero fue el mes de 2015 con mayor número de hurtos a personas, seguido de mayo (667 casos) y abril (643), de acuerdo con la Sijin (inteligencia de la Policía).

El mayor número de hurtos se da entre las 12:00 M y 6:00 p.m. Las zonas de Medellín donde más casos se presentaron durante 2015 fueron las comunas 10 (Candelaria) con 1793 hurtos; 11 (Laureles-Estadio) con 391; y 5 (Castilla) con 302.

Penas para los criminales

La conducta de robarle a alguien mediante el uso de ansiolíticos puede ser calificada como un hurto agravado o calificado porque se está poniendo a la víctima en condiciones de indefensión o inferioridad.

“La pena de este delito va desde los tres hasta los ocho años”, comenta Pedro Juan Vallejo, abogado de la Universidad EAFIT.

Vallejo añade que, además del hurto, “en este caso también se incurre en las lesiones personales, cuya pena varía dependiendo del daño que se le cause a la víctima”.

Si la agresión deja secuelas por 30 días o menos, el criminal puede ser encarcelado de uno a dos años. Secuelas de 30 a 90 días dan una pena de uno a tres años más una multa de cinco a diez salarios mínimos. Secuelas de más de 90 días conllevan una pena de dos a cinco años.

Sin embargo, el abogado advierte que cada caso es diferente y tiene sus propias particularidades.

Comentarios