Amanece temprano. No es problema para Emilio, que desde las cinco de la mañana tiene los ojos bien abiertos. Sale a trotar con su papá por la transversal Superior y vuelve a la casa para darse un baño de música y vapor.
Crónicas
Artículo“Señoras y señores ante ustedes un caso basado en Lolita de Vladimir Nabokov, Confesiones de un amor c-a-s-i posible”. Se encienden las luces y junto a ellas las primeras palabras del elegante y masculino narrador que rebotaron en las paredes oscuras del Teatro El Trueque.
Al terminar el evento, el eco de los aplausos se esparce por el auditorio. Los asistentes se paran de sus asientos y van en busca del refrigerio, luego de pasar casi una hora sentados viendo fielmente la puesta en escena que tenía preparada la Alcaldía de Medellín para ese día. Si alguien llegó 15 minutos tarde, pudo pensar que estaba ante una obra de teatro o una conferencia de motivación empresarial.
Los servicios sexuales en este lugar dependen del trabajador. El precio estándar está en 10 mil pesos, si viene con 5 mil, devuélvase, porque como diría Esperanza Gómez, una travesti de tez oscura que trabaja en la curva toda la noche: “Descarados, nosotros no somos unos gamines”.
Al caminar desprevenido por este pasaje nadie se imagina que detrás de esa pequeña puerta enrejada con humedad en sus paredes hay una cárcel. Solo lo saben los verdaderos envigadeños. Una cárcel que se camufla entre cantinas, panaderías y edificios no muy altos.
“Ubíquense con los edificios”, insistía el guía mientras cruzábamos un puente peatonal al lado del Sena de la avendia del Ferrocarril.
“Vean, por allá se puede ver la punta de la Candelaria, por allá pueden ver el cerro Pan de Azúcar, al otro lado pueden ver el edificio Coltejer y más allá…”.
Ella llega a la una de la tarde, tal y como se lo había señalado aquel hombre dos horas antes en su oficina. Despelucada, agitada, sudorosa y con el corazón acelerado, solo quiere que ese fin de semana termine pronto.
No solo el fútbol o el ciclismo merecen el respeto de los aficionados; aunque no todos los deportes pueden ser populares, surgen opciones como el bicipolo, que nos invitan a vivir nuevas experiencias.
Nueva Jerusalén es un asentamiento humano ubicado en los límites de Bello y Medellín. Su día a día se basa en sobrevivir en medio de la falta de reconocimiento oficial de estos dos municipios, lo que da como resultado una comunidad sin servicios públicos.