Candamblé, el ritmo alegre de las futuras médicas
En un salón de la Universidad de Antioquia se reúne cada semana un grupo de estudiantes de Medicina para fluir con el poder de su cuerpo y, entre chistes, risas y aplausos, danzar al ritmo de música de conocidas películas.
Por Carolina Agudelo Malaver
El baile, esa una ejecución de movimientos que se hace con el cuerpo y que te hace sentir libre, relajado y feliz, es una escapatoria a la que muchos acuden en su vida diaria. No importa el lugar ni la música, si bailas solo o con alguien, al bailar nos desconectamos por completo y, sin importar si lo hacemos bien o mal, es indiscutible que es una forma divertida para pasar el tiempo y ejercitarse.
Acudí a una clase dictada por la profesora de baile Beatriz Duque en una de las facultades de la Universidad de Antioquia. Era un día lluvioso y oscuro.
Llegué a un salón amplio de paredes verdes y ventanas muy grandes con marcos de madera. No era un salón para bailar. Estaba lleno de sillas negras y tenía un video beam gigante.
Las únicas participantes de la clase, todas mujeres estudiantes de Medicina, llegaron tan entusiasmadas que en cuestión de minutos transformaron el aula adaptándola a las necesidades para danzar. Las sillas desaparecieron y el salón se convirtió en su pista de baile.
Bailando el cine
El sonido de la música comenzó a llenó este salón de techos altos. Las bailarinas comenzaron su ensayo estirando y luego formaron un círculo y se dispusieron a hacer movimientos de ballet para calentar un poco.
Beatriz, una profesora dedicada que se ha ganado el respeto y aprecio de sus estudiantes, de personalidad alegre y sencilla, introdujo a una nueva integrante a la clase quien, a pesar de su visible timidez, pasaba por el asombro, la curiosidad y la emoción de pertenecer a este grupo.
La clase comenzó. Las alumnas interpretaron un montaje de cinco coreografías en una variedad de ritmos con bandas sonoras de películas como Slumdog Millionare, Nine, Step up y Greese y un homenaje a Chaplin bailando al ritmo de una de las bandas sonoras de sus películas.
La idea de hacer este tipo de montajes surgió de las mismas estudiantes. Según Beatriz Duque, fueron ellas quienes le plantearon esta idea que le pareció muy innovadora.
Candamblé, así se llama este grupo que está haciendo su tercer montaje llamado Negro tambor, en el cual hacen un recorrido por ritmos de danzas afrodescendientes. La finalidad del proyecto es que tenga un hilo conductor en el que se pase por la literatura, la poesía, los mitos y leyendas.
Exploración musical
Este grupo de baile se conformó en el año 2008. En la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia existe lo que se llama el “componente flexible” en el cual hay módulos en las áreas de la salud, la cultura y el deporte.
En el área de la cultura hay varias clases artisticas, entre ellas la de baile a la que cada semestre ingresan nuevos estudiantes a participar de esta actividad recreativa.
“La idea con este montaje es explorar otros ritmos, otra música y otras posibilidades expresivas del cuerpo a través de la danza. Empezamos con una danza africana, bailamos jazz, salsa, zumba y currulao”, cuenta Beatriz, una artista que ama enseñar y ama el arte de la danza.
A medida que la clase avanzaba y los géneros de baile cambiaban, me detuve a observar a cada una de ellas. Algunas muy serias y concentradas, otras sonrientes y que se ríen de sí mismas cuando se equivocan.
En este lugar donde hubo espacio para hacer chistes, felicitarse, corregirse y burlase de ellas mismas, las integrantes de Camdamblé terminan la clase con un aplauso para celebrar el buen trabajo y el goce de bailar.