Andrés Guerra recorrió la ciudad en busca del último voto

Nervios, ansiedad y tensión es lo que se sintió el día de las elecciones en la sede del Centro Democrático. A 20 minutos de conocerse los resultados regionales los candidatos a Alcaldía y Gobernación, todavía no habían llegado. 

Por: Catalina Jaramillo Arias 

En la esquina de la avenida Colombia con calle 65, en Medellín, el aviso en una casa dice, con letras rojas: “Mano firme, corazón grande”. Es la sede del Centro Democrático, que hace tres meses se convirtió en la de la campaña de Andrés Guerra, candidato de ese partido a la Gobernación de Antioquia.

Esa casa, en la que solían reunirse los congresistas, tiene ahora un afiche con la cara de Guerra en la puerta principal. Desde ahí se repartían volantes, se hacían reuniones y se coordinaba todo lo que tuviera que ver con la campaña. “Aunque es un porcentaje estimado, se dice que el 40% del esfuerzo de la campaña está concentrado en el día de las elecciones”, asegura Santiago Valencia González, representante a la Cámara de Antioquia por el Centro Democrático.

Pero el candidato estuvo en la sede pocas veces. Se movió la mayor parte del tiempo por las calles, y solo asistía a reuniones de logística o de algún comité. Incluso, en muchas ocasiones eran tantos los convocados que debía reservar salones en algunos hoteles de la ciudad. En el tercer piso de la sede caben hasta 300 personas, pero durante los últimos días de campaña estuvo destinado al centro de control electoral, encargado de prevenir el fraude o posibles anomalías el domingo.

El día de las elecciones, Guerra tampoco estuvo en la sede. Salió a las calles a recorrer el Valle de Aburrá. Fue a los principales centros de votación, votó en el colegio Palermo y acompañó a votar al candidato a la alcaldía, Juan Carlos Vélez Uribe.

“No quería concentrarse en una sede sino que la gente lo viera”, contó a Bitácora su secretario de campaña, Jorge Gaviria. Guerra siguió el consejo que el expresidente Álvaro Uribe Vélez le envió por un mensaje de texto, según contó Valencia: “Nunca hay un último voto, siempre hay un penúltimo voto, sigan buscando el apoyo de la gente”. Por eso salió a la calle a estar con sus seguidores hasta el último momento.

A pocos minutos de conocerse los resultados, en la sede esperaban a Guerra para escuchar el cierre de las mesas de votación mientras llegaban cientos de simpatizantes del partido. Comunicadores, abogados, amigos y familia esperaron en la sede el veredicto final, viendo los resultados en un televisor pequeño que minutos antes del cierre se apagó. A las 4:30 de la tarde Guerra tampoco había llegado.

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