Ama de casa alimenta a 250 niños en la Comuna 8
Por 2.000 pesos por semana, 250 niños de los barrios Villa Liliam parte Alta y Villa Turbay, de la Comuna 8 de Medellín, reciben el almuerzo que doña Ema Parra, en compañía de otras mujeres voluntarias, prepara para ellos. Se trata de estudiantes de primero a octavo grado, casi todos con familias numerosas, algunos huérfanos y otros que hacen las veces de padres.
Por Julio Saúl Franco Marulanda
jfranc12@eafit.edu.co
La necesidad persigue a la población de este sector ubicado al oriente de la ciudad de Medellín. Miriam Castaño tiene a sus dos hijos en el programa. Como madre cabeza de hogar, el comedor parroquial es la única fuente de alimentación fija para sus hijos que cursan primero y octavo grado. En sus más de 50 años, la persigue un desempleo que lleva ya 12 años. Vive del rebusque, de ir por las tiendas de los barrios dos o tres veces a la semana para recibir algún alimento.
En el caso de Yíner Alexander Cano, las responsabilidades llegaron más temprano de lo acostumbrado. A sus 13 años permanece solo en el día y tiene a su cuidado a tres hermanos menores. Sus padres salen muy temprano de casa. A las 6 a.m. les preparan el desayuno y se van a trabajar por lo que prefieren que vayan al comedor. Así se aseguran que el dinero les alcance para todos sus gastos y evitan accidentes en la cocina.
Desde el año 2008, este programa acogió a los niños y niñas de esta zona de la ciudad junto con el apoyo de la parroquia Santa María de la Sierra, que se encargaba de la gestión de recursos con distintas ONG (organizaciones no gubernamentales). Hoy, la mayoría de alimentos para los chicos los aportan la Fundación Canales de Amor y el colegio Montessori.
En la actualidad Ema Parra, además de dar su tiempo por la causa, sus conocimientos y prestar su casa, aporta dinero para algunas cuentas de servicios y los “fiaos” que sacan en las tiendas de los vecinos. El resultado es el almuerzo “recargado” que disfrutan los niños, fundamental para estudiar sin hambre.
Para Ema, “ayudar es algo fácil y sencillo, solo requiere voluntad”. Según ella, en otros tiempos en otro tiempo también le “calmaron el hambre”, lo que la lleva a preguntarse cómo no ayudar a los que hoy necesitan de su colaboración.