¿Por qué el avance de la movilidad en bici es tan lento en Medellín?
Los proyectos y la acogida de los ciudadanos de Medellín a las ciclorrutas han sido muy lentos. Aún
Por María Alejandra Carrillo, Mateo Sepúlveda y Carolina Restrepo Mesa (video)
A pesar de que se han desarrollado múltiples acciones y propuestas por parte de entidades públicas y privadas, ni las obras ni la conciencia ciudadana parecen avanzar rápido en el tema de movilidad en bicicleta en la capital de Antioquia.
Entre febrero y marzo de este año la ciudad pasaba de nuevo por esa etapa oscura, ya casi familiar y usual, en el que solamente se ve el barrio en el que se esté por la alta contaminación, y en la que la mayoría de las personas les urge salir de la alerta roja o naranja para no ver su salud afectada.
Según la revista Semana, el problema está sobrediagnosticado: se sabe que el 80% de la contaminación ambiental que sufre el Valle de Aburrá es causado por el millón 347.000 vehículos motorizados, de los cuales 637.500 son automóviles, volquetas y buses, y 710.186 son motos.
En julio de este año, el Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales), encargado de producir información confiable sobre el estado y las dinámicas de los recursos naturales y el medio ambiente en Colombia, reportó que Medellín es la ciudad del país con peores cifras en cuanto a contaminación ambiental.
Esto sin mencionar el otro problema generado por el parque automotor: la movilidad lenta y extenuante que, según la Encuesta Origen-Destino hecha por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá en 2012, la movilidad hoy toma un 44% más de tiempo de lo que tomaba en 2005.
“La gran crisis de la calidad del aire no es fortuita, eso tiene mucho que ver con cómo nos movilizamos, pues somos dependientes del carro, de la moto, del petróleo y del transporte público que no cumple con la norma ambiental”, explica Carlos Cadena, quien se denomina “biciactivista”, es docente de Eafit y doctor en Movilidad Sostenible de la Universidad de Maastricht en Holanda.
Según Cadena, transformar el sistema y los patrones de movilidad es urgente, y puede hacerse con el incremento del uso de la bicicleta para desplazarse por la ciudad.
Hoy, Medellín cuenta con 55 kilómetros construidos de ciclorrutas y con diversos proyectos a corto, mediano y largo plazo para fomentar el uso de este medio de transporte.
Uno de ellos es el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que busca para 2030, entre otras cosas, que Medellín cuente con 400 kilómetros de ciclorrutas integradas al Sistema de Movilidad Metropolitano y con 10.000 bicicletas eléctricas de pedaleo asistido.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá desarrolló el Plan Metropolitano de la Bicicleta del Valle Aburrá 2030, el cual tiene la visión de llegar a que el 10% de los viajes totales realizados a diario se hagan solamente en bicicleta.
A esto se suma el Sistema de Bicicletas Públicas EnCicla que opera de manera gratuita y cuenta con 54 estaciones y una flota mayor a 1.000 bicicletas que se pretende crecer a 3.000 bicicletas y 100 estaciones en 2019.
Se le ha invertido igualmente en las Vías Activas Saludables, más conocidas como Ciclovías del Inder (Instituto de Deportes y Recreación de Medellín), que permiten y fomentan también el uso de la bici.
Varias empresas privadas también se han unido al Plan de Movilidad Empresarial Sostenible del Área Metropolitana para fomentar el uso de la bicicleta en sus trabajadores con incentivos económicos o con programas de bicicletas compartidas que aportan al cambio de los hábitos de movilidad y salud.
Lo preocupante para muchos, según Cadena, es la ejecución de la mayoría de estos planes. A pesar de que hoy se están adelantando varias obras, la ciudadanía se cuestiona el cumplimiento de las mismas, especialmente las de corto plazo.
Una de estas propuestas es la del alcalde de Medellín Federico Gutiérrez, quien afirmó en su cuenta de Twitter que se tendrán 80 kilómetros más de ciclorrutas en 2019, de los cuales a febrero de este año solo se habían construido 2. La proyección, según Gutiérrez, es que para 2018 se entreguen 20 kilómetros y los 58 restantes se terminen en 2019.
De esos 80 kilómetros, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se comprometió a construir 20, de los cuales apenas van 3.6 en Itagüí, 3.47 en Envigado y 3.7 en el Corredor Verde Quebrada La Picacha.
A pesar de que el cumplimiento de las instituciones tiene mucho que ver con el lento avance de las obras, no son el único factor que entorpece el avance hacia una movilidad sostenible. Aunque sí son la base para que la ciudadanía pueda empezar a movilizarse de otra manera, hace falta mucha conciencia ciudadana y promoción por parte de las entidades gubernamentales para dar a entender que el cambio es de todos.
“Estamos lejos de lograr el 10% de los viajes en bicicleta, apenas vamos en el 1% y no hemos tenido aumentos significativos en los últimos 3 años”, dice Cadena.
Se espera que para 2019 la ciudad cuente con los kilómetros prometidos y que para 2030 Medellín tenga un sistema de ciclorrutas articulado.
Pero para que parte de la movilidad sea sostenible, se necesitan ciclistas. De nada vale una ciudad llena carriles segregados si solo unos cuantos los usan.