Trabajadores informales, también afectados por Nuevo Naranjal
A la protesta de muchos habitantes y comerciantes de los sectores Naranjal y El Arrabal, afectados por un proyecto urbanístico de la Alcaldía de Medellín, se suman quienes ganan su sustento en pequeños negocios callejeros. Una mujer que los representa cuenta su historia.
Por María Camila Maya, Jéssica Pérez y Manuela Saldarriaga
bitacora@eafit.edu.co
Marybel Villa es vendedora de chance. Llega al lugar en el cual desde hace seis años obtiene el dinero para sostener a su familia. Madre de cuatro hijos y abuela de un niño de dos años, arrienda un toldo donde vende paquetes de mecato y almuerzos para sostener su casa. Vive en el municipio de La Estrella y usualmente se demora cerca de una hora en llegar usando el metro.
Ella hace parte de los cientos de personas que viven y trabajan en los barrios Naranjal y Arrabal, zonas que se convertirán en un parque residencial y comercial, lo que transformará en forma radical estos sectores que siempre han sido epicentro, de manera principal, de pequeños talleres de mecánica automotriz.
El proyecto implicará un cambio total en este, uno de los lugares más céntricos y dinámicos de Medellín.
Al preguntarle sobre el toldo bajo el que trabaja, cuenta que ella no es la dueña y que paga 200.000 pesos mensuales de arriendo. Explica detalladamente el procedimiento que la Alcaldía de Medellín ha hecho para la compra de los lotes y dice que a la dueña ya le llegó una propuesta para la venta del inmueble. La información les está llegando por sectores de manera escrita, avisándoles a los dueños sobre la compra que les van a hacer.
Marybel confiesa que esto la hace sentir desplazada de su lugar de trabajo, recalca que su mayor sustento está al vender chance y que los cambios que se han hecho hasta ahora la han afectado mucho en su negocio.
Ella es la presidenta de un comité de trabajadores que ya instauró una demanda contra la Alcaldía. Muestra los papeles donde está toda la información sobre las que ella llama “injusticias” que, a su modo de ver, se están cometiendo contra los comerciantes de esa parte de la ciudad.
“Los trabajadores informales no están siendo tomados en cuenta para todos estos procedimientos”, afirma.
Los reclamos
En la lista de quejas de los representados por Marybel Villa están los avalúos de los terrenos que la Alcaldía está haciendo. Argumenta que no le parecen justos los precios que la administración municipal está pagando.
Manifiesta que lo que más le preocupa a la comunidad es la reubicación y cómo pueda afectar su negocio. Relata que las personas que ya fueron movidas para El Caracol, sector cerca de la Terminal del Norte, no están a gusto con la negociación que se hizo.
Sin embargo, no todos piensan así. En ese lugar, un comerciante de apellido Villa comentó que su trabajo no se ha visto tan afectado como él pensaba que iba a serlo. Afirma que sus clientes de siempre se trasladaron, por decirlo así, junto a él.
Pero la presidenta del grupo de comerciantes no está de acuerdo con esto e insiste que su bienestar está en que todo se quede igual, algo que ella sabe que no es posible.
Al preguntarle sobre su opinión sobre el proyecto contesta con un dejo de desconsuelo: “Me parece terrible, yo en mi vida había visto que a vos te pudieran despojar de lo tuyo. Se está viendo realmente que la globalización mundial afecta a la población más pobre. Me parece nefasto que ya no se puede tener derecho a la propiedad privada porque llega el Municipio donde le dé la gana a despojar a personas para realizar proyectos que benefician a unos constructores”.
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